Pasaron los meses y el juicio en contra de los únicos capturados por el presunto feminicidio de Ana María Castro siguen detenidos y el juicio en su contra nada que arranca, para la defensa se trata de una violación al debido proceso, que sus clientes Julián Ortegón y Paul Naranjo, permanezcan en una cárcel, sin que se defina su situación jurídica. Sin embargo, un juez ordenó que los dos procesados deben seguir en una cárcel tras considerar que no existe un vencimiento de términos.

El caso ocurrió el 5 de marzo de 2020, en el marco de la pandemia, cuando Ana María salió de rumba una noche con algunos amigos y para regresar a su casa lo hizo en el vehículo de Paul Naranjo, y en esa misma camioneta se movilizaba Julián Ortegón y quien estaba en el puesto de atrás con la víctima, el señor Mateo Reyes, ahora testigo de la Fiscalía.

Cuando se desplazaban por la calle 80 con carrera 69 en el norte de Bogotá, según un testigo, Ana María salió despedida del vehículo y terminó en el pavimento como un muñeco de trapo. La versión de ese testigo fue controvertida por quienes estaban en ese vehículo, los ahora capturados e incluso, el mismo testigo estrella de la Fiscalía que advirtió como Ana María se bajó con él y luego se cayó al piso, después de discutir con el conductor, con Naranjo.

Durante los meses siguientes al presunto feminicidio la Fiscalía adelantó la investigación, recopiló evidencia, testimonios que llevaron, más de 12 meses después, a la captura de los ahora procesados: Naranjo y Ortegón. La defensa de los capturados también hizo lo propio y recuperó pruebas y declaraciones que dejaron amplias dudas sobre la hipótesis de la Fiscalía.

Se trata de un video con las imágenes previas y posteriores al momento, que según la Fiscalía, la joven fue lanzada de un vehículo en movimiento. Una cámara de seguridad captó desde un punto de la calle 80 como aparece otro vehículo en la escena, un posible carro fantasma que atropelló a la víctima.

El video refleja segundo a segundo el momento en que la camioneta, donde viajaba Ana María esa madrugada de marzo de 2020, junto Mateo Reyes (amigo de la víctima) y los dos acusados, se detiene en la carrera 69 con calle 80 en el sentido oriente - occidente. Luego arranca y otros dos vehículos pasan frente a las cámaras de seguridad, pero sólo uno de esos vehículos es identificado por la Fiscalía.

Las inquietudes que saltan con esta nueva prueba y que serán debatidas en el juicio, se sumarán a las interpretaciones que salen del dictamen de Medicina Legal hecho al cuerpo de Ana María Castro y que conoció SEMANA donde se confirman una serie de lesiones que corresponden a “liberaciones de energía derivadas de golpes contundentes”

Para el juez de garantías que, definiría la libertad por vencimiento de términos de los acusados, las demoras en el proceso son atribuibles a la defensa, pues justamente los defensores de Naranjo reconocieron que ellos mismos pidieron varios aplazamientos de la diligencia tras considerar que la Fiscalía no hizo el descubrimiento probatorio en debida forma.

“En ocurrido entre el 15 de julio del 2021 y el 9 de agosto es una situación totalmente imputable a la judicatura a través de la Fiscalía por la inasistencia de una persona que estuviera en disposición de ejercer como órgano acusador en esa audiencia preparatoria. Es un término de 25 días que es imputable entonces a la judicatura, dijo el juez.

Bajo ese argumento, el juez concluyó que hasta la fecha han transcurrido 117 días de los 120 que tiene la justicia para arrancar con el juicio y con ello acudir a la solicitud por vencimiento de términos, por eso los mantiene, a Naranjo y Ortegón, en una cárcel.