De acuerdo con la Fiscalía, los guardianes del Inpec que fueron capturados en las últimas horas, a través de diligencias de allanamiento, hicieron de todo, menos vigilar a los detenidos de la cárcel de alta y mediana seguridad de Valledupar. Al parecer, traficaban estupefacientes, apoyaban las extorsiones carcelarias y permitían el ingreso de elementos prohibidos al penal.

Los guardianes se convirtieron en el enlace o intermediarios de una organización criminal dedicada a la extorsión desde las cárceles. “Actividades logísticas por parte de personas que dirigían entregas de panfletos, toma de fotografías de los establecimientos comerciales, cobro de dineros que eran pagados a través de empresas de mensajerías”, dijo el fiscal del caso en las audiencias preliminares.

Las ganancias criminales que dejaron estas actividades, de acuerdo con la Fiscalía, eran superiores a los 800 millones de pesos y que se repartían entre los ahora capturados y las personas que desde la cárcel lideraban esta organización criminal.

“Luego de acoger los argumentos de la Fiscalía General de la Nación, un juez de control de garantías, impuso medida de aseguramiento en centro de reclusión en contra de siete funcionarios del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec), como presuntos responsables del delito de concierto para delinquir agravado”, señaló la Fiscalía.

Pero servir de intermediarios de un grupo de extorsionistas no era la única actividad criminal que, al parecer, cometían los guardianes del Inpec. Según la ente acusador, los funcionarios públicos, que estaban para vigilar la seguridad de la cárcel se convirtieron en el puente o correo para el ingreso de elementos prohibidos al penal.

“Durante las audiencias, el fiscal del caso se refirió a la forma como al parecer ingresaban al penal teléfonos celulares, cuáles eran las tarifas para permitir la entrada de comidas, licor y otros elementos con la presunta complicidad de los funcionarios investigados”, se conoció en las audiencias de imputación de cargos.

Los hallazgos de la Fiscalía incluso demostraron cómo estos funcionarios del Inpec usaban hasta drones para completar el tráfico de estupefacientes. Los usaban para ingresar las drogas a través de estos aparatos que se veían mientras sobrevolaban la cárcel, pero que ellos ignoraban para facilitar su ingreso.

En las diligencias los investigadores encontraron elementos que justamente estaban listos para ingresar a la cárcel: “Fueron incautados 9 celulares de alta gama, Sim cards, memorias USB, libreta de apuntes, 1 pistola traumática, 2 proveedores, bolsas plásticas camufladas como suero que contenían whisky”, explicó el fiscal del caso.

Los investigadores incluso encontraron una carta escrita por uno de los internos de la cárcel de Valledupar, donde le pedía a los funcionarios del Inpec permitir el ingreso de celulares y a cambio recibían un pago superior a los 14 millones de pesos.