Fueron dos los mayordomos que resultaron enredados en el escándalo de la llamada narcofinca, que estaba a nombre del exembajador Fernando Sanclemente y sus familiares. Uno de ellos resultó condenado por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes; tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos, y concierto para delinquir.

La Fiscalía explicó que fue gracias a la contundencia del material probatorio que lograron llevar a Gustavo Enrique Bejarano a reconocer su responsabilidad y firmar un acuerdo con el ente acusador para obtener una condena en su contra. El objetivo se cumplió y Bejarano se sumó a la lista de condenados en este caso.

“Los elementos de prueba obtenidos por la Fiscalía General de la Nación fueron determinantes para que Gustavo Enrique Bejarano Romero, mediante preacuerdo, aceptará su responsabilidad en las actividades ilícitas que se realizaban en una finca ubicada en Guasca (Cundinamarca), donde trabajaba como mayordomo”, dijo la Fiscalía.

Bejarano tomó la determinación de aceptar su responsabilidad, contar de qué forma se dispuso la finca del exembajador Sanclemente al servicio de una organización dedicada al narcotráfico. En el predio ubicado en el municipio de Guasca, Cundinamarca, se montaron tres laboratorios para el procesamiento de cocaína, los mismos que fueron objeto de allanamiento por parte de la Fiscalía.

“El 12 de febrero de 2020, unidades de la Policía Nacional llegaron al inmueble y en una zona boscosa encontraron tres construcciones rústicas, las cuales estaban dotadas de maquinaria e insumos, y conformaban un laboratorio para el procesamiento de clorhidrato de cocaína. Precisamente, en el operativo se incautaron algo más de nueve kilogramos del narcótico”, explicó el ente acusador.

Hace una semana la Fiscalía también advirtió que fue radicado el escrito de acusación en contra del exembajador Fernando Sanclemente por el delito de alteración, manipulación o destrucción de elemento material probatorio. Se trata de una acusación formal por considerar que el exfuncionario destruyó las pruebas que los dos mayordomos de la finca esperaban llevar a su proceso.

“En ese sentido, una juez especializada de Cundinamarca condenó a Bejarano Romero a diez años y diez meses de prisión, y lo declaró responsable de los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes; tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos, y concierto para delinquir”, dijo el fiscal del caso en la audiencia que legalizó su captura.

El mayordomo, según la Fiscalía, fue el encargado de permitir la construcción de los laboratorios, la entrada de personas, vehículos e incluso dar alojamiento a quienes se dedicaron a elaborar las sustancias ilícitas en la finca de propiedad del exembajador y que fue objeto de extinción de dominio.

“La Fiscalía demostró en el curso de la investigación que el entonces mayordomo permitió el montaje del laboratorio; facilitó el ingreso y alojamiento de personas dedicadas a producir la cocaína; y trasladó hombres señalados de mover los insumos o prestar vigilancia al lugar para alertar sobre la presencia de las autoridades”, explicaron desde la Fiscalía.

En el desarrollo del proceso, un mayordomo de la finca advirtió que el exembajador tenía conocimiento de los laboratorios de droga en el terreno de su propiedad, incluso que era el encargado de recibir el pago por los arriendos. Sanclemente lo negó desde el inicio de la investigación.