6:12 a. m. suena el segundo Tik Tak de hoy, jueves 7 de julio, en SEMANA y suena por los lados de la renuncia del primer ministro británico Boris Johnson, que bien podría ser protagonista de un capítulo de la saga de cine, Duro de matar, porque no parecía fácil que se fuera, no obstante todos sus escándalos.

Todo tiene su final; Johnson se va, pero tiene la intención de esperarse hasta el otoño y no es por las buenas, le han renunciado docenas de ministros, pero la mayoría de su partido que le ha pedido la renuncia quiere que no se espere hasta que se perfile un sucesor, sino que se vaya ya por su incapacidad de atajar los escándalos que viene produciendo hace semanas el número 10 de Downing Street.

El más famoso: los famosos partygates, las fiestas durante el confinamiento de la pandemia. También está la prórroga ilegal del Parlamento en el momento más agitado de la crisis sobre el Brexit, aprobada por la reina, que incluso fue señalada de infringir la ley engañada por Johnson. Su respaldo al jefe adjunto de los conservadores, Chris Pincher, quien le pellizcaba el pompis, o le ‘pincher’ el pompis, a sus colegas.

También lo han acusado a Boris Johnson de corrupción, por pedirle a un donante del Partido Conservador que le pagara la renovación de su casa, más o menos 280.000 euros, sin haber informado sobre tales donaciones. Y ya suenan varios para sucederlos con unos nombres rarísimos, está Rishi Sunak, canciller hasta al martes pasado cuando renunció, también asistente de los partygates, es hijo de padres indios.

Nadhim Zahawi, quien reemplazó a Sunak, un refugiado kurdo iraquí, quien ha llamado su atención por su fortuna personal cuando reclamó gastos parlamentarios para calentar sus establos de caballos en el 2013. Penny Mordaunt, una estudiante de teatro que ha terminado ocupando importantísimos cargos en el Gobierno británico, incluyéndole secretaria de Defensa por 85 días, la primera mujer británica en ocupar ese cargo. Ben Wallace, el secretario de Defensa, y Liz Truss, la secretaria de Exteriores.

Según sentencia The Economist, el psicodrama de la Gran Bretaña está lejos de terminar, no solo por la crisis de los Tory, el partido de Gobierno, sino por los escándalos de la propia corona. El último, de los cuales es el de que el príncipe heredero de la corona, Carlos, recibió tres millones de euros en efectivo por parte del jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thaniun, millón de euros en una maleta y dos millones en bolsas de la tienda Fortune y Mason. Es decir, si Carlos recibe sus euros en chuspas y todavía puede ser rey, ¿por qué nos extraña que Petro haya recibido sus miles de pesos en chuspas y sea el presidente de Colombia?