En la tarde del miércoles 15 de junio, en la calle La Maravilla del barrio Olaya, sector Central, se presentó un hecho desgarrador. Dos sujetos a bordo de una motocicleta color negro sin mediar palabras accionan un arma de fuego, contra un hombre que se encontraba con su hijo.

La víctima, identificada como Marlon Enrique Lara Muriel, fue impactada en la cabeza, espalda y en una pierna. A pocos metros de lo sucedido, se encontraba su hijo de tres años; según testigos, el niño gritaba “papi, papi, levántate”, al verlo tendido en el suelo sin responder.

Siendo casi las 3:00 p. m., ingresó sin signos vitales al Centro de Atención Pre Hospitalaria de Olaya el joven de 20 años de edad, Marlon Enrique Lara Muriel.

Los hechos ocurrieron en una tienda cercana a su domicilio, algunos testigos lograron reconocer al agresor, incluyendo su familia quienes aseguran que el autor del crimen habría sido alguien llamado ‘Brandon’.

Dicen que en algún momento fue vecino de ellos y que hace un año, hubo un altercado entre ellos y ‘Brandon’ habría matado a un primo de Marlon, desde entonces nació un rencor entre ellos. Sin embargo, la familia cuenta que Lara “lo había dejado quieto”.

La Policía Metropolitana de Cartagena (Mecar) se encuentra realizando las investigaciones pertinentes para dar con el paradero del agresor. Por otro lado, la Mecar afirma que la víctima tenía antecedentes por porte ilegal de arma de fuego y tráfico de estupefacientes, lo cual la familia rechaza, ya que aseguran que los únicos problemas que tenían eran con ‘Brandon’.

Alerta en Cartagena: la inseguridad tiene en jaque a La Heroica

El crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, en el exclusivo sector de Barú en Cartagena, no solo fue un hecho desafortunado que desencadenó un impacto mediático en Suramérica, sino que desnudó ante Colombia y el mundo el problema de inseguridad que acarrea esa ciudad desde hace varios meses.

Las cifras no mienten y son contundentes: según información de la Policía, entre el 1 de enero y el 1 de mayo de 2022 asesinaron a 118 personas en la Heroica. Un récord de homicidios si se tiene en cuenta que el año pasado hasta el 31 de julio esa misma medición rondaba los 109 casos. Es decir, en tres meses mataron más ciudadanos que en todo un semestre del periodo anterior.

La muerte del fiscal Pecci, que podría tener tintes trasnacionales, no habría sido casualidad. En Cartagena hay oficinas de sicarios que se encargan de cumplir trabajos hacia propios y extraños. Además, hay una fuerte puja por el control territorial del microtráfico en zonas estratégicas como la Torre del Reloj o sitios aledaños al centro histórico.

Las dos estructuras que atemorizan a Cartagena están identificadas como los Robledos, una banda que, según las autoridades, llegó desde Medellín a finales del año pasado, y un reducto del Clan del Golfo. Esos dos brazos armados urbanos son los causantes, en la mayoría de casos, de los números disparados de homicidios, extorsiones, hurtos y secuestros exprés.

Por todo ese coctel delictivo, y anticipándose a hechos como el ocurrido con el fiscal Pecci, la Embajada de Estados Unidos recomendó en noviembre del año pasado a sus ciudadanos no visitar ciertos puntos de la ciudad más importante para el turismo en Colombia. “Ha habido un aumento de la actividad criminal en toda Cartagena a medida que se han reducido las restricciones de covid-19, y ha habido varios eventos criminales notables en el barrio de Chambacú, área este del Centro Comercial Caribe Plaza y en el sur”, decía el comunicado.