Esta semana entra en aplicación una importante medida para los 47 millones de usuarios de la telefonía celular. A partir del primero de julio las compañías no podrán ‘amarrar’ a los clientes con una permanencia mínima en sus servicios cuando compren un aparato financiado por la operadora. Quienes tengan contratos vigentes en marcha, deberán esperar a que estos terminen. En adelante, cuando una persona financie la compra del equipo tendrá que recibir dos cobros separados: el plan de minutos y datos que tiene con el operador y el valor a financiar por el teléfono. En la factura, cada mes se deberá especificar cuánto se está pagando por el celular, cuántas cuotas van y cuántas quedan por pagar.