SEMANA: ¿Ha podido salir tranquilo a la calle por estos días de Emergencia Social? Guillermo Palacio: Más o menos. Algunos se acercan a felicitarme y otros me insultan. A todos me toca explicarles que Diego Palacio es mi hermano gemelo y que yo no tengo ni idea de esas cosas. SEMANA: ¿Cuál ha sido el peor insulto? G.P.: No sé, me han mentado madres, y de todo… SEMANA: Usted, que es médico, ¿cómo le cayeron los decretos impulsados por su hermano? G.P.: Creo que tienen cosas buenas, regulares y malas. Todo se ha enrarecido mucho por falta de información y también por las ganas de desinformar que tienen algunos. SEMANA: Si usted se hiciera pasar por su hermano, ¿qué cambiaría de la reforma? G.P.: No me cambiaría con él por nada del mundo. No quisiera estar en sus zapatos. SEMANA: Como calzan lo mismo y son iguales, ¿usted que le diría al Presidente? G.P.: No sé. Yo impulsaría los centros de excelencia. Es ridículo tener en un país 100 ó 200 sitios especializados en cáncer o corazón. Deberían estar concentrados en muy pocos centros porque no es un médico el responsable, sino es una sumatoria de expertos y tecnologías. SEMANA: ¿Qué más haría? G.P.: Apretaría a las facultades de medicina, que están sacando gente muy mal preparada. Imagínese que hay municipios con tres o cuatro facultades y no tienen ni un hospital universitario para practicar... SEMANA: ¿Qué piensa de los medicamentos de alto costo? G.P.: En Estados Unidos las relaciones entre la industria farmacéutica y los médicos está prohibida. Acá, no: invitan a congresos, a diferentes partes del mundo, y eso se debe controlar. SEMANA: Como cardiólogo, ¿qué le recomendaría a su hermano? G.P.: Que corra, así sea para hacer ejercicio. SEMANA: ¿Qué le dicen sus colegas? G.P.: Me hablan mal de mi hermano, pero yo me río y me quedo callado, porque no puedo ser objetivo. SEMANA: ¿Por qué no se lanza al Congreso? G.P.: Por que quiero vivir tranquilo, hacer lo que a mí me gusta, mi parte clínica y profesional. SEMANA: ¿Cómo está la familia con la Emergencia? G.P.: Estamos tranquilos porque sabemos que Diego está obrando de buena fe, con convencimiento. SEMANA: ¿Qué remedio le recetaría a su hermano para estos días? G.P.: Valeriana.