Comentarios de mi primo JuanFernando Barrios, bloguero invitado para ésta semana en Pura Vida, en respuestaa la publicación de la semana pasada sobre abuso de menores por parte de religiosos:

“Ante las recientes noticias delos escándalos de abuso sexual infantil y juvenil por parte de algunossacerdotes, la comunidad en general y la católica en particular se vetristemente resentida. Pero, ¿qué respuesta se podría dar ante los terriblesescándalos que se han presentado al interior de la Iglesia?

Basándome en la homilía delSacerdote Franciscano Padre Roger J.Landry, pronunciada en la Parroquia del Espíritu Santo en Fall River, MA(Estados Unidos), podemos encontrar algunos puntos de reflexión.

Recordemos cómo Jesús enoración con su Padre eligió a los doce discípulos que lo acompañarían en suvida pública y a los cuales les revelaría las intimidades de su corazón. Losinstruyó y les dio los dones y carismas necesarios para su noble misión, comocurar a los enfermos, llevar la Buena Nueva del Evangelio y expulsar losdemonios. Ellos vieron el ejemplo cercano de Jesús al predicar con palabras ycon obras múltiples milagros y sobre todo la fidelidad a su Padre Celestial entodo.

Pero sin embargo, a pesar detodo, uno fue un TRAIDOR. Judas habiendo recibido las mismas enseñanzas y elmismo amor que los otros once, entregó a Jesús a los verdugos los cualesdespués lo crucificaron. Hasta el último minuto Jesús intentó corregir laactitud de Judas cuando le dijo “¿amigo a qué has venido?, pero con un besohipócrita lo depositó en manos de sus captores.

Jesús eligió a Judas para quefuera virtuoso y ejemplar como todos los demás apóstoles, pero usó su libre albedriopara permitir que Satanás entrara en él y su traición terminó haciendo queJesús fuera ejecutado en el madero de la cruz.

Como vemos, A VECES LOSELEGIDOS DE DIOS LO TRICIONAN.

Esto es algo evidente que hasucedido desde el inicio mismo de la Iglesia. Sin embargo los primeroscristianos no se quedaron eclipsados por el acto cometido por Judas, sino quese sorprendieron por los prodigios realizados por los otros once después dePentecostés y por Matías, quien sucedería a Judas después de que éste seahorcara. Si todos se hubieran centrado en la traición de un solo hombre, laIglesia habría terminado antes de empezar a crecer.

En vez de esto, la Iglesiareconoció que no se juzga algo POR AQUELLOS QUE NO LO VIVEN , SINO POR AQUELLOS QUE SI LO VIVEN, por lo cual se centró en los once fielesapóstoles después de Pentecostés. Y digo después de Pentecostés, puesrecordemos que todos abandonaron a Jesús, Pedro lo negó y Juan regresó al piéde la cruz gracias a la fortaleza que suscitó en su corazón María, la madre deJesús.

Poco más que dos mil años despuéssomos confrontados por la misma realidad: sacerdotes elegidos por Dios,abusando de aquellos a quienes estaban llamados a servir. Sacerdotes quetraicionan a Jesús en su ministerio sacramental. Pero, ¿qué actitud debemosadoptar? Centrarnos en los escándalos de éstos consagrados o centrarnos enaquellos buenos sacerdotes, virtuosos y santos (conozco muchísimos) que con suamor desinteresado y silencioso han hecho tanto bien a familias enteras en suscomunidades.

Desafortunadamente el escándaloha acompañado la historia de la Iglesia. Pero donde abunda el pecado, sobreabundala Gracia de Dios. Es así que cuando la Iglesia amenaza ruina, Dios suscita yeleva a tremendos Santos, que con la Luz de Cristo disipan las tinieblasproducidas por el mal comportamiento humano.

Por ejemplo, San Francisco deSales (año 1600) fue un santo a quien Dios hizo surgir justo después de lareforma protestante, la cual no brotó por aspecto meramente teológico ni de fe,aunque las diferencias teológicas aparecieron después, sino por aspectosmorales. El Papa Alejandro VI desdibujó el “legado de Pedro” pues simplementefue un hombre malvado quien tuvo nueve hijos de seis diferentes concubinas.Llevó acciones contra aquellos que consideraban sus enemigos y sin embargo éstePapa nunca enseñó nada contra la fe.

En aquellos tiempos lossacerdotes vivían abiertamente relaciones con mujeres. Algunos trataban deobtener ganancias vendiendo bienes espirituales y había una inmoralidadterrible entre los laicos católicos. Un sacerdote agustino, Martín Lutero, alviajar a Roma y ver que la Iglesia a quien tanto amaba había caído tan bajo encabeza de alguien tan malvado, decide separase y fundar su propia iglesia.

Entre los santos que Dios suscitópara combatir esta idea equivocada de abandonar la Iglesia que El mismo fundóestá, como lo habíamos dicho,

San Francisco de Sales, quienrecorrió Suiza, donde los calvinistas tenían muchos adeptos, predicando elEvangelio, exhortando a la verdad y el amor. Muchas veces fue maltratado y golpeadoy dejado casi por muerto, pero su fidelidad y entrega no lo hicieron renunciar.

El nos da una enseñanza que esnecesaria recordar en estos tiempos de crisis: “aquellos que cometen ese tipode escándales son culpables del equivalente espiritual a un asesinato,destruyendo la fe de otras personas en Dios con su pésimo ejemplo”. Pero almismo tiempo advirtió a sus oyentes: “yo estoy aquí entre ustedes paraevitarles un mal aún pero. Mientras que aquellos que causan el escándalo sonculpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo, los que permitenque los escándalos destruyan su fe, son culpables de suicidio espiritual”.

Otro santo que vivió en tiemposde una gran inmoralidad en Italia central alrededor del año 1200 fue SanFrancisco de Asís, a quien Dios directamente le pidió “reconstruir su Iglesiaque amenazaba ruina”. La vida de San Francisco de Asís es por todos ampliamenteconocida y muy popular, pues su ejemplo y virtud lo llevaron a encarnar “lapobreza evangélica” a imitación de Cristo. Su testimonio de vida elocuentementeopacó la perversidad de muchos a tal grado que una vez uno de los hermanos dela orden de Frailes Menores le hizo una pregunta: “Hermano Francisco”, le dijo,“¿qué harías tú si supieras que el sacerdote que está celebrando la Misa tienetres concubinas a su lado?”. Francisco, sin dudar un solo instante le dijopasito y despacito: “cuando llegara el momento de la Sagrada Comunión, iría arecibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos UNGIDAS del sacerdote”.

¿Qué nos quiso decir con estoSan Francisco de Asís? Que el sacerdocio es Santo, aunque el sacerdote no losea… que el sacerdocio (como Sacramento) es y seguirá siendo Santo por lossiglos, aunque el sacerdote (como humano) no lo sea, debido a la falta devirtud por descuido en su oración personal, garantía de su unidad con Dios.

Nos invita San Francisco deAsís también a no cometer la desafortunada torpeza de realizar “suicidioespiritual” al alejarnos de la fuente de los sacramentos, particularmente laConfesión y la Eucaristía (los dos así, inseparables) pues están hechos “aprueba de sacerdotes infieles”.

Recordemos cómo Jesús actuó através de Judas expulsando demonios, sanando enfermos y predicando la BuenaNoticia. Así también sigue actuando a través de los sacerdotes, aunque seencuentren en pecado mortal. Al igual que el Papa celebre Misa o un ancianosacerdote venerable lleno de dones y carismas producto de una vida entregada ala Voluntad de Dios haga lo propio,Cristo mismo actúa y nos da su Cuerpo y su Sangre a través del sacerdoteinfiel, siempre que éste tenga la intención de producir el milagro eucarísticoa través de sus manos CONSAGRADAS.

Pero como laicos y católicospracticantes, ¿qué posición deberíamos adoptar? Después de reflexionar tenemosclaro que hay dos posiciones: la de la naturaleza humana y la de la Divina o dela Gracia. La primera siempre va un paso delante de la segunda y nos mueve areaccionar de forma primaria e inmisericorde frente a estos actos abominables.La segunda naturaleza, la Divina, iluminada por la oración que aclara nuestraconciencia, nos hace llegar a la intimidad del corazón de Jesús.

El mismo que un día dijo: “nomires la paja en el ojo ajeno sino la viga en el propio”, “con la misma varaque mides serás medido”, “no juzgues y no serán juzgados”, “no condenes y noserás condenado”, “el que está libre de pecado que lance la primera piedra”,“el misericordioso alcanzarámisericordia”… y en una revelación privada dijo: “mis pequeños, no habléis malde MIS sacerdotes, pues cuando de vuestras bocas no sale algo que construye,estaréis destruyendo. Cuando no consoláis y alentáis a mi pueblo, vosotrosmismos labráis afiladas piedras para herir mi corazón”.

La crisis que afronta laIglesia en la actualidad es una crisis de SANTIDAD. Tanto de los sacerdotes,como de los laicos. Por tal motivo la comunidad entera ya no quiere OIR hablarde Dios sino quiere VER a Dios, en el testimonio de vida de los integrantes dela Iglesia Católica.

Aunque según fuentes emitidasen la Emisora Radio María solo el 0.06% de los sacerdotes son pederastas y queen los Estado Unidos la Iglesia Católica ocupa el puesto número 11 entre lasinstituciones americanas que han cometido esta clase de abusos por parte de susintegrantes, se hace necesario que la Iglesia actué mejor cuando estos casossean reportados y permitir que la justicia ordinaria haga su labor deprotección a los más vulnerables, como son los niños, por tratarse de lasvíctimas más desafortunadas.

¿Cuándo fue la última vez queoramos por nuestros sacerdotes? Santa Teresita del niño Jesús decía que orabacon predilección por ellos pues si un sacerdote se santificaba, atraía muchasalmas a Dios, pero si un sacerdote se pervertía, se llevaba tras de sí muchasalmas.

Por eso la invitación final esa orar más por los sacerdotes y a colaborar con el apoyo a las víctimas detales abusos. Pero aún todo esto no es una respuesta suficiente. La gravedad delos acontecimientos nos exige la santidad, tanto la suya como la mía, comorespuesta contrastante, contundente y definitiva. Dios no pide imposibles y yanos lo propuso en su momento: “sed perfectos, como mi Padre del Cielo esperfecto”. Y para esto necesariamente debemos frecuentar los sacramentos.

La decisión está en nuestrasmanos…”