La respuesta es No. Los ciudadanos lo afirman con pruebas, con testimonios de lo que están viviendo cada día y sobretodo en las noches de protestas, con evidencia del vandalismo que ha destrozado sus barrios y del desplazamiento forzado que se da por la violencia que obligó a varias familias a abandonar sus hogares.

Son múltiples las problemáticas que confluyen y persisten en la zona y por los que los vecinos del Portal Américas rechazaron con indignación las declaraciones de la alcaldesa Claudia López que aseguró con cinismo que todo el sector fue recuperado. Para ellos, constituye una afrenta y propicia su revictimización, pues al desconocer el conflicto permanente en la zona, que en la última semana, por ejemplo, fue de tres días de disturbios, los expone a la desprotección y el abandono de otros entes que podrían intervenir a su favor.

En siete meses de protestas del Paro Nacional, el balance no puede ser peor para la ciudad: Más de 29.000 millones de pesos en daños, que deben salir de nuestros impuestos; 1.953 buses de TransMilenio, entre troncales y zonales y 141 estaciones vandalizados, afectando 500.000 personas diariamente en promedio sin el servicio. 478 vidrios rotos de mobiliario del SITP, 331 difusores de luz hurtados de paraderos, tres SuperCades atacados, 13 monumentos destrozados, 183 cámaras de seguridad dañadas, y más.

Todavía hoy, en los alrededores del portal Américas, son evidentes los daños: andenes sin adoquines, señales de tránsito semáforos y paraderos vandalizados, parques y zonas verdes afectadas con árboles cortados; rejas y cámaras de conjuntos dañadas o hurtadas; comercios grafiteados y decenas de casas con letreros de ‘Se vende’ porque los vecinos han tenido que salir del sector, por amenazas, porque sus predios se han desvalorizado, porque la movilidad, entrada y salida del sector se hace imposible en cada jornada de protesta afectando sus trabajos, estudios y cumplimiento de citas médicas.

Si ni siquiera se reconocen las afectaciones tangibles del vandalismo, ¿quién va a responder por esos intangibles como la salud mental de los habitantes de por lo menos seis barrios de la zona, que ya resentían los efectos de la pandemia y ahora se enfrentan a los que les genera la violencia? Miedo, ansiedad, depresión, o las horas que deben caminar en cada jornada de manifestación por los bloqueos y la falta de operación de portal y estaciones, a pesar de presentar condiciones de discapacidad, enfermedad, ser mujeres embarazadas, adultos mayores o niños, exponiéndose a los disturbios y la inseguridad.

La Administración Distrital y la justicia están en mora con las víctimas del vandalismo en Bogotá, desde el 28 de abril comenzó el clamor de los ciudadanos a las entidades y una serie de reuniones con funcionarios delegados; y desde el 18 de mayo, iniciamos con las comunidades la radicación de acciones jurídicas, dos tutelas y una acción popular, para garantizar y restablecer sus derechos, sin embargo, la Administración no ha respondido ni cumplido los compromisos pactados, ni los jueces y magistrados han decidido fallar a favor de quienes han demostrado la afectación a sus vidas, vivienda y entornos. ¿Cuánto más deben esperar?

Ya basta de excusas, es momento de que la Administración finalmente se decida a actuar frente al vandalismo que ataca a ciudadanos indefensos, se apropia del espacio público y cada vez se actualiza más en armamento para atacar, ya no les bastó el uso de palos y piedras, sino que lo hacen con machetes, bombas incendiarias, pistolas de balines y hechizas. ¿Dónde está el registro para estos grupos que los vecinos han identificado?

El hecho más reciente, que ya se avizoraba, se presentó este domingo 28 de noviembre en el sector de Chicalá cerca al Portal Américas, donde personas presentes en las manifestaciones arremetieron contra miembros de la Policía Nacional con bombas molotov y objetos contundentes (piedras y ladrillos y palos), dos agentes resultaron heridos, uno con incapacidad de cinco días por los fuertes golpes que recibió y otro en estado grave por heridas con arma blanca. Afectaron a los vecinos en su tranquilidad por los disturbios que se extendieron hasta las tres de la mañana, dañaron nuevamente los andenes y algunos vidrios y paralizaron la movilidad con bloqueos que obligaron al cierre del portal y la estación Patio Bonito. Y ¿todo está bien alcaldesa?

Las cifras y los ciudadanos muestran hoy una realidad que no se puede desconocer, entonces ¿Quién miente, alcaldesa? y ¿quién responde?