A Pablo Felipe Robledo no le tembló la mano en 2015. Siguió con firmeza las investigaciones iniciadas por sus antecesores, abrió las suyas propias contra presuntos carteles de precios y campañas de publicidad engañosa y, así, les dio golpes inéditos a actores clave del sector privado. De esta manera, se enfrentó con la crema y la nata del poder económico y político nacional y pisó callos en círculos hasta entonces intocables, todo con el fin de defender la libre competencia y hacer valer los derechos de los consumidores. Desde su cargo, este abogado pereirano de 42 años encarna hoy la voz de millones de personas: una misión que pocos dudan en llamar heroica, considerando el nivel de influencia de quienes se ven afectados con sus decisiones. La seriedad y la diligencia de sus actuaciones le han valido el aplauso de la opinión y el respeto de los ciudadanos.