En Colombia viven 845.410 niños en situación de orfandad. Así lo reveló una investigación presentada la semana pasada por Aldeas Infantiles SOS, una organización no gubernamental que trabaja para proteger niños en situación de riesgo, y que pone sobre el tapete un tema que ha sido poco estudiado en el país. El trabajo, titulado Situación de los derechos de la infancia de niños y niñas que han perdido el cuidado de sus padres o están en riesgo de perderlos, ilustra las circunstancias en las que viven miles de menores en el país que, a raíz de la muerte de alguno de sus padres, se ven obligados a desarrollar tareas y a asumir roles que no están acordes con su edad. El estudio identifica tres tipos de orfandad que permiten catalogar a los menores como huérfanos simples, que se refiere a la pérdida de uno de los padres; huérfanos dobles, aquellos que han tenido que afrontar la muerte del papá y la mamá, y un tercer tipo relacionado con el fallecimiento de la persona a cargo del menor. Precisamente uno de los datos que causaron mayor preocupación tiene que ver con el gran número de niños que están totalmente desprotegidos, ya que en esta situación son más proclives a ser explotados. Una prueba de esto son los 14.887 menores huérfanos que figuran como empleados domésticos, es decir, que son acogidos de forma ilegal por una familia que a cambio de hospedaje y comida, los obliga a realizar labores de servicio en la casa. A pesar de que el Código de infancia y Adolescencia establece claramente que en Colombia la edad mínima para trabajar es de 15 años, el estudio conoció casos de menores que son utilizados para oficios caseros desde los 5. Una de las conclusiones de la investigación precisamente plantea que si bien en Colombia ha habido avances jurídicos importantes en cuanto a proteger a la niñez, aún existen vacíos en cuanto a políticas públicas que garanticen una protección real a los menores. Otro de los datos alarmantes es que alrededor de 40.000 niños, de entre 12 y 17 años, son cabeza de hogar. Esta situación se presenta con más frecuencia en departamentos del sur del país como Vaupés, Guaviare, Vichada y Caquetá. El estudio también encontró que 104.679 niños están casados o llevan una vida conyugal, muchas veces con el jefe del hogar. De acuerdo con Íngrid Anzelin, asesora política de Aldeas Infantiles, “este fenómeno afecta por lo general a mujeres, que, bajo una fachada matrimonial, se dedican a realizan labores de servidumbre”. Para contrarrestar este flagelo, entidades estatales como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) ofrecen programas específicos para los menores que perdieron a sus padres, especialmente por causas del conflicto armado. Uno de ellos consiste en brindar un subsidio económico a los hogares que deseen acoger al menor, sin importar si son familiares o no. En caso de que no haya un hogar que se haga cargo de los niños, el Icbf ofrece programas de adopción en distintas partes del país. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes que presentó este estudio fue la escasa información que existe sobre el tema. De acuerdo con los investigadores, esto ha hecho que el tema de la orfandad sea casi invisible para la opinión pública, y que los pocos estudios sobre el tema carezcan de rigurosidad. De allí que una de las recomendaciones sea desarrollar un sistema de información que permita tener un registro de cada uno de los niños en situación vulnerable. Para el Icbf esto es clave porque impide caer en imprecisiones y cifras alarmantes sobre la situación real del país. Por ahora, este primer acercamiento establece la necesidad de mirar el tema con lupa, para tomar medidas efectivas con el fin de que el número de niños sin padres no aumente.