Carlos Medellín Becerra decidió contarle su historia a SEMANA para el especial Palacio de Justicia: 30 años, 30 rostros. Todos los magistrados que murieron en el Palacio de Justicia fueron enterrados el 8 de noviembre. Todos, excepto Carlos Medellín Forero: su familia se negó a recibir la bolsa que les entregaron con restos humanos porque estos no habían sido identificados. En los siguientes tres días a la toma, Carlos Medellín Becerra se dedicó a buscar entre las cenizas cualquier indicio que le permitiera identificar a su padre. Era una labor difícil puesto que la mayoría de víctimas quedó irreconocible, debido a la acción del fuego. Además, habían lavado el lugar al día siguiente y muchos de los cadáveres de quienes habían fallecido en el cuarto piso se encontraban, inexplicablemente, en el primero. “Había cenizas por todos lados porque el palacio ardió durante toda la noche del 6 y la madrugada del 7. Por la acción del agua los cuerpos cayeron del cuarto piso al tercero y del tercero al segundo y del segundo al primero… los que vivimos eso supimos en ese momento todo lo que había pasado”, cuenta. Finalmente su padre fue identificado gracias a una pieza dental. “Lo enterramos el 11 de noviembre, el mismo lunes festivo en que se celebró sin inconvenientes el reinado de belleza”. Medellín se había enterado de la noticia cuatro días antes en París, donde estudiaba Derecho Administrativo. “No los pueden matar a todos”, le decían sus amigos cuando preguntaba por la gravedad de la situación. Sin embargo, a las pocas horas ese tono de tranquilidad cambió y Fernando Hinestrosa, entonces rector de la Universidad Externado, le aconsejó que tomara un avión de inmediato para Bogotá. “Fue un viaje largo”, dice. La incertidumbre fue en aumento al ver en las pantallas de televisión de las salas de espera de sus escalas las imágenes en llamas del palacio. Cuando llegó, al mediodía del 8 de noviembre, amigos y familiares lo esperaban en el aeropuerto. Lo primero que hizo al bajar del avión fue preguntarles qué había pasado. “Los mataron a todos”, fue la respuesta. El día de la toma del Palacio de Justicia había sala constitucional para discutir el tratado de extradición, un tema álgido en aquella época debido a la presión de Pablo Escobar y el grupo de los Extraditables por evitar que se firmara. Una de las misiones del M-19 era supuestamente acabar con todos los archivos judiciales contra estos narcotraficantes. Casi diez años después, durante el gobierno de Ernesto Samper, Medellín Becerra se convirtió en ministro de Justicia y en esa cartera creó un paquete de leyes contra el narcotráfico que incluyó un proyecto para restituir la extradición.