NUEVA YORK  — "Espero que no se trate de una liquidación", dijo el viernes el senador demócrata Chris Dodd, presidente de la Comisión Bancaria de la cámara alta, a la cadena de televisión CBS, "sino lo que llaman acreedores prioritarios, una especie de Capítulo 11 de la ley de bancarrotas, que permitiría la reorganización de estas empresas". Informaciones de prensa indicaron el jueves que Chrysler, con sede en Auburn Hills, Michigan, prepara una declaración de bancarrota, que podría ser anunciada la semana entrante. Esa bancarrota protegería las pensiones y el seguro médico de sus empleados jubilados por medio del sindicato United Auto Workers, según el diario The New York Times. Una posibilidad es que una bancarrota permitiría a la empresa de desprenderse de costosas obligaciones, lo que haría que el conglomerado automotor italiano Fiat SpA — que negoció la compra del 20% de Chrysler — pueda seleccionar las operaciones que desea mantener, según el diario financiero The Wall Street Journal. "A medida que avanzamos en este proceso, creemos que es importante mantener abiertas todas las alternativas", dijo Chrysler en una declaración. "Chrysler seguirá operando hasta fines de mes, según la dirección de la Comisión Presidencial de la industria Automovilística, para obtener el necesario respaldo de los accionistas y llegar a un exitoso acuerdo que consideren apropiado el gobierno y e Departamento del Tesoro". Los mensajes telefónicos dejados por la AP con el sindicato UAW y el departamento del Tesoro no fueron contestados. Chrysler ha sobrevivido gracias a una inyección de fondos gubernamentales de US$4.000 millones desde principios de año y tiene de plazo seis días más para presentar al gobierno un plan de reestructuración. La Casa Blanca prometió otros US$6.000 millones del erario a la empresa si llega a un acuerdo de venta con Fiat y obtiene más concesiones de los accionistas y tenedores de bonos, aunque esa posibilidad parece cada vez más remota.   (AP)