Durante el fin de semana del 22 al 23 de febrero, varias ciudades del norte y centro de China se vieron afectadas por una fuerte capa de contaminación. La agencia oficial Xinhua, informó que el nivel de alerta por contaminación en la capital china pasó a naranja, el segundo más alto en una escala cromática de cuatro y el de mayor gravedad después del rojo, que de implementarse significaría el cierre de colegios y la prohibición de la circulación de coches oficiales. Una densa capa de polución cubrió la ciudad, por lo cual se aconsejó a niños y ancianos a no salir de sus hogares y al resto de la población a no caminar o utilizar motos, sino transporte público, para desplazarse a sus lugares de trabajo. Además, se prohibió la actividad de las plantas manufactureras en el área y se detuvieron las obras de construcción. La concentración de partículas PM 2,5, las más peligrosas para la salud por su capacidad de infiltrarse en los pulmones, se elevó a los 400 microgramos por metro cuadrado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la concentración no sea superior a los 25 microgramos. Una de las principales causas del problema es la alta dependencia del carbón en este país, una de las fuentes de energía más contaminantes, y que supone más del 60 % por ciento de la energía consumida en la nación. Esto y la necesidad de un rápido desarrollo industrial han producido, además, degradación de su atmósfera, ríos y lagos. Con información de EFE.