Estamos en el mes del periodista. Ya no se puede decir cuál es el día, puesto que los festejos del 9 de febrero se aplazaron. Los trasladaron, tal vez, a algún lunes Emiliani. Y hasta los malhadados premios se fueron extinguiendo para convertirse en títulos de honor, sin retribución alguna, lo cual es de veras injusto con el sufrido gremio. Quiero pensar en el periodismo, sin omitir que hay cosas que me repugnan de su ejercicio, generalmente deformaciones del mismo. Detesto, para hablar de hechos recientes, el secreto goce que se tiene por los acontecimientos trágicos (en cierta forma explicable, por cuanto es la hora llegada del oficio); me impacienta también la emulación de los semanarios en materia de portadas y entrevistas por entrega, no importa lo truculento de los personajes escogidos y mientras mas lo sean, mejor. Y como las anteriores, otras cosas me chocan, pero considero que son los periodistas quienes aguijonean a una sociedad dormida y, sobre todo, los que garantizan las libertades públicas y el decoro, relativo decoro, de los funcionarios. Es el periodismo, con todos sus defectos, un factor necesario y, si quiere verse así, un mal menor. Peor sería una labor de prensa a cargo del gobierno y una información dirigida, como la que ha pretendido la actual Presidencia con el mal llamado Informativo de la Solidaridad. Es de esperarse que no se continúe con esa costumbre. Cuando en Armenia nada funcionaba ni las ayudas llegaban, todo se perfeccionó y hasta el clima pareció mejorar, pese a los gabanes del presentador agripado, en el momento en que la oficina de prensa resolvió asumir la información. Otro aspecto es el del enorme poder de las empresas de periodismo, especialmente de las que, por manejar los grandes diarios, son dueñas absolutas del sentido de los hechos y del prestigio de las personas. El caso del actual Fiscal General de la Nación es bien ilustrativo. Tanto en el periódico El Tiempo como en el de los Santo Domingo, este discutido funcionario, que aceptó un puesto que resulta incompatible con su anterior ejercicio de la abogacía, tiene amplio respaldo y resonancia.El Tiempo no duda en publicarle una carta a Juan Carlos Pastrana, en su derecho a defenderse de un asedio judicial (es, al fin y al cabo y antes que hermano del Presidente de la República, un periodista perseguido por grandes poderes económicos y políticos). Pero, a renglón seguido (en la sección 'Cosas del Día', de manejo del director) se le castiga restándole mérito a su denuncia. También se le hacen los obligados pases de defensa al fiscal Gómez Méndez, negándose que haya sido postulado por Ernesto Samper para el cargo, contra lo que todos conocemos. Habida cuenta de que una cosa es postular y otra designar.El otro gran diario, el cervecero, respalda en paralela nota de su director ('Día a Día') al mismo Fiscal General, abogado suyo y quien lo sacara avante dentro del proceso 8.000, cuando quien hoy dirige ese periódico decía, con lástima de sí mismo, que le había caído un piano encima.Dentro del mismo poder de información, el director Rodrigo Pardo, o alguien a nombre suyo, redacta de la siguiente manera: "También (Juan Carlos Pastrana) demandó penalmente al jefe del Partido Liberal, Horacio Serpa Uribe, por los presuntos delitos de falso testimonio y fraude procesal dentro de los hechos relacionados con la pérdida de la indagatoria de Santiago Medina". He subrayado.Primera noticia de que la indagatoria de Santiago Medina se hubiera perdido. Creo que lo que pasó fue precisamente que la encontró antes de perderse el propio gobierno de Ernesto Samper, reunido en Hatogrande con el staff ejecutivo (los ministros Serpa, Botero, Pardo, secretarios y el jefe del DAS). Sin que nadie conocido se las hubiera entregado _y a decir de Horacio Serpa, por un servicio anónimo_ los acosados funcionarios de Samper, en su instante de mayor apuro, tuvieron en sus manos la indagatoria que los condenaba.Con un golpe finísimo de florete, el veterano periodista José Salgar, hoy decano ilustre de la Sergio Arboleda, dice en su columna donde ha permanecido en el diario de las agrias: "También el frente empresarial periodístico está en reajuste. Poderes económicos y políticos se disputan el liderazgo y van quedando muchos tendidos en el campo".¿A qué poderes económicos, de empresarios periodísticos, se referirá José Salgar, que dejaron a no pocos tendidos en el campo? Cucurrucucú, Paloma. Cucurrucucú, no llores.