No había pasado una semana del desatino del alcalde Gustavo Petro, de haber nombrado (y desnombrado) a Marco Tulio Gutiérrez como gerente de TransMilenio, cuando le tocó sacar al secretario de Movilidad, Rafael Rodríguez, antes de que tuviera que enfrentar una moción de censura. En los dos casos la sombra del carrusel de contratación de Bogotá rondó sobre sus cabezas. En el caso de Gutiérrez, su nombre ha sido mencionado por uno de los protagonistas del carrusel como una de las personas que habrían participado en la repartición de las rutas el Sitp. Y en el caso de Rodríguez, por haber prorrogado polémicos contratos de movilidad.