En China, desde hace miles de años, los aguijones de las abejas sirven para el cuidado alternativo de la salud: se usan para hacer acupuntura en pacientes que tienen todo tipo de enfermedades, desde casos avanzados de cáncer hasta malestares digestivos y dolores musculares.

En los últimos años, la práctica ha sido reconocida oficialmente por las autoridades del país y se ha convertido en boom: hay cientos de miles de especialistas que saben controlar las picaduras con fines terapéuticos.

Aunque las organizaciones médicas convencionales señalan que no hay evidencia suficiente para asegurar que funciona, la acupuntura apícola es administrada en clínicas e incluso en hogares. Y nadie se salva del dolor.