“Mami, ¿por qué tú si tienes dedos y yo no?”. Cada que Ana Sofía Ruiz, de cuatro años, le hace esa pregunta a su madre Jackeline Galeano, ella respira hondo y busca la forma más adecuada de explicarle qué pasó.La historia se la sabe de memoria, lo difícil es contársela. Ana Sofía nació en la noche del 28 de junio de 2011 de forma prematura en el Hospital Infantil Universitario San José en Bogotá. Su parto fue a las 32 semanas de gestación y ocasionó un problema respiratorio en la pequeña.Seis días más tarde, su problema empezó a ser otro. La pequeña no era la misma. El color rosa de sus pies se convirtió en café. Tenía unas quemaduras de alto grado: perdió tejido, piel, músculo, tendones y huesos.

“De un momento a otro vimos que la niña tenía los pies vendados. No nos daban razón de qué le pasaba. Al otro día aparece el especialista a decirnos que ocurrió un accidente”, contó la madre.La pequeña duró 62 días hospitalizada. Mientras Ana Sofía se aferraba a la vida, sus padres reclamaban explicaciones a los responsables de su atención.“Allá me dijeron que la niña sufrió un paro cardiorespiratorio y estuvo 17 minutos en reanimación. Entonces, según ellos, toda la sangre se va para el corazón y, como lo más distante son los pies, esa es la razón de las quemaduras. (…) Después el director me dice que antes agradezca que salvaron la vida de la niña, que si era que la prefería muerta y con pies”, dijo.Pero en la búsqueda de respuestas, Jackeline se encontró con otra versión. Una enfermera le aseguró en ese momento que esas quemaduras no eran de un paro cardiorespiratorio y que seguramente la niña se quemó en la incubadora. Jackeline siente que lo que le ocurrió a su hija es el resultado de un descuido médico.Semana.com buscó a las directivas del Hospital para conocer su versión. En un comunicado, la actual directora general, Laima Lucía Didziulis, explicó que el día 4 de julio de 2011 la menor sufrió un deterioro en su “patrón respiratorio” y tuvieron que suministrarle unos agentes vasopresores, una medicina para mantener la tensión arterial en niveles normales.“Uno de los efectos secundarios de esta medicina, es cerrar los vasos sanguíneos, llevando a la disminución de sangre en las extremidades, causando las lesiones en la piel de los pies de la menor. La administración de los agentes vasopresores, hizo parte de los grandes esfuerzos que se estaban haciendo para salvar la vida de la Ana Sofía. La posibilidad de morir era mayor si no se le suministraban estos medicamentos”, justificó su directora.Semana.com consultó con dos especialistas en pediatría y neonatología y ambos explicaron que sí es posible que los agentes vasopresores detengan la circulación y que ocurran heridas.“Sin embargo, las quemaduras que tuvo la niña son muy graves. Habría que estudiar muy bien el caso”, aseguró uno de ellos.¿Sin apoyo?La situación que vive Jackeline con su hija no ha sido fácil. Ella y su esposo han tenido que correr con muchos gastos para poder practicarle a su hija los procedimientos necesarios.Y aunque se ha encontrado con grandes especialistas en el Hospital Infantil San José que han tratado a su hija, considera que la institución no ha querido asumir la responsabilidad completa de lo que ocurrió.Mientras tanto, las directivas del centro de salud están seguras de que han prestado la atención necesaria. Según la directora Didziulis, allí la han atendido 65 veces por consulta externa, urgencias y hospitalización, “por diferentes causas que incluyen seguimiento a la lesión en los pies y atenciones de otras patologías propias de la niñez, como otitis, rinofaringítis y síndromes febriles”. Pero esto no parece ser suficiente. El abogado de Ana Sofía, Heltón Gutiérrez, que interpuso una demanda contra el hospital, asegura que las directivas de esa entidad mantienen una actitud displicente y de confrontación. "Allá le han hecho dos cirugías, pero eso lo ha pagado la EPS Compensar, no el Hospital. Y a Compensar le pasan las cuentas de cobro por todas las atenciones médicas", dijo. Y agregó: “Por eso queremos una reparación integral, no pecuniarias, porque el dinero se va. Su restablecimiento a la salud, las disculpas públicas, el reconocimiento expreso de la responsabilidad, es una forma de reivindicación. No es solamente plata, es la dignidad de ellos. Dignidad que se ha visto mancillada desde el mismo día en que nació la niña”.Un marca de por vidaAna Sofía tiene cuatro años y pronto se someterá a una tercera cirugía. Lo más probable es que, según el pronóstico médico, tenga que someterse a procedimientos quirúrgicos cada dos años.Quiere bailar ballet, pero por ahora no puede. Ese sueño tendrá que quedar aplazado por unos cuantos años. No puede correr como lo haría un niño de su edad y nadar también se le dificulta.“A Sofía le gustaría ser bailarina, pero creo que también le encantaría ser médica. A ella le gusta ayudar a los demás y curar sus dolencias. Tal vez lo haga y busque evitar que a más personas les pase lo que ocurrió con ella”, puntualizó.

Actualmente Ana Sofía tiene cuatro años. Foto: Esteban Vega / SEMANA.