Por el Paraíso Terrenal corría un río tan puro que los árboles no dejaban que elsol ni la luna lo iluminaran directamente, se escuchaba música y se veía unaprocesión: eran veinticuatro ancianos, uno de ellos sonámbulo, y todos vestidosde blanco, además había cuatro animales, cada uno con seis alas tachonadas conojos abiertos. También venía un carro tirado por un grifo, animal mitológicoleón y pájaro a la vez que representaba al demonio. A la derecha bailaban tresmujeres, una de ellas roja, y a la izquierda cuatro vestidas de púrpura, una deellas con tres ojos. Cuando el carro paró, emergió de él una mujer veladavestida de color fuego y adivinó que se trataba de su amada, pues sintió elamor de otras épocas y tuvo miedo porque estaba solo, y con justa razón, puestoque ella le ordenó que llorara por sus culpas en lugar de su desesperación y luegocon ironía le preguntó cómo se atrevía a pisar el antiguo jardín. Entonces volaronángeles mientras ella enumeró una vez más sus extravíos, en especial elabandono, le explicó que no encontró otra manera de salvarlo sin mostrarle losréprobos. Entre tanto, los demás escucharon al obligarlo a confesar en público,la mayor humillación para él. Finalmente ella desapareció y un águila, unazorra y un dragón atacaron el carro, rodaron siete cabezas, hasta que ungigante y una ramera ocuparon su lugar.

Varioscomentadores trataron de descifrar ésta escena de La Divina Comedia, pero solamenteJorge Luis Borges (1,899-1,986), quien además la consideraba la más asombrosade la literatura, en Nueve Ensayos Dantescos la interpretó como pesadilla apoyadoen su lúcida y conocida tesis de que enamorarse es crear una religión cuyo dioses falible. Razonó que Beatriz desairó a Dante Alighieri (1,265-1,321), así quepara él fue un amor desdichado ysupersticioso, por eso la soñó severa, inaccesible, vengativa, vinculada con eldiablo, y todo sucedió en ese pasaje siniestro de apariencia apacible queterminó en destrucción, muerte, humillación y degradación, representando eldolor que le causó esa dicha que no logró. Y Borges, basado en la ideafreudiana de que los recuerdos de la cotidianidad, las creencias, el sistema devalores, la manera de concebir el mundo, al igual que los sentimientos y laspreocupaciones, servían como insumos para crear sueños. Dante llegó al Paraísoen el penúltimo día de su viaje después de recorrer el Infierno y el Purgatorio,de haber visto el fuego temporal y el eterno, así como de seguir su albedrío,de despedirse de Virgilio, de haber sido mitrado y coronado, hasta que casi alfinal encontró algo de paz, cuando el duelo de la pérdida de su amor estaba tanavanzado que logró redactar este clásico.

Mediante el estudio psicoanalítico de los sueños se revelan miedos y deseos inconscientes,que siguiendo el símil de Ronald Fairbairn (1,899–1,964), simbolizan el estadoactual de la persona de la misma manera que los cortos revelan informaciónsobre la totalidad de la película sin abarcarla por completo. Se trata de unenfoque distinto al de la antigüedad que los tomaba como profecías. Tal esel caso que figura en el Génesis cuando el Faraón soñó con siete vacas hermosasy saludables saliendo del río, seguidas de otras siete famélicas y aquejadas quese comieron a las gordas, a continuación aparecieron siete espigassaludables devoradas por otras siete raquíticas. Al despertar, el monarca llamóa José, hijo de Jacob y Raquel, padre de Manasés y Efraín, y uno de losonirocríticos más célebres del Antiguo Testamento, quien al oír el relato lo tomópor anuncio de siete años de abundancia seguidos de otros siete de escasez yrecomendó guardar la quinta parte de las cosechas anticipándose a la hambruna quepredijo el caudillo mientras dormía, que en agradecimiento lo nombró gobernador.

Hastaaquí el caso de los sueños me ha servido para ilustrar cómo el psicoanalista concibela realidad individual, basada en la relación consciente inconsciente, sinembargo en las sesiones también surgen otras narraciones, así como respuestasinvoluntarias, que se emplean como material para buscar significados que no sonevidentes y se alcanzan al relacionarlos con las experiencias en la actualidaddel encuentro con el analista. Así la persona construye progresivamente conocimientosobre sí misma, descubre un poco más sobre sus propias verdades, aliviándose almodificar su punto de vista sobre sí mismo y, por supuesto, el mundo circundantecon sus habitantes.

Si Dante hubiese asistido a consulta psicoanalítica,como lo hizo Samuel Beckett (1906-1,989),por ejemplo, es imposible adivinar qué camino habría cogido, si,como Hoffmann, tal como relaté en el blog pasado, se entregaría a la musade la poesía, o, sí por el contrario, se dedicaría a la vida licenciosa, sinataduras, ocupado solo con la regularidad de sus hábitos irregulares, o podríasuceder que luego de superada la pérdida de Beatriz iniciara una nueva relaciónde pareja, en esta oportunidad conveniente y recordara con humor,y algo de nostalgia, este episodio desafortunado. En fin, las alternativas soninnumerables, todo dependería de su manera personal de vivir con más satisfacción.Lo que sí es seguro es que el proceso psicoanalítico transformaría su representación de Beatriz, y las mujeres en general, dándole un carácter más equilibrado, moderando la exageración de su severidad y poderío, entonces transformaría el papel protagónico que su mente le otorgó en un recuerdo vívido y pedagógico de un amor pasado, en una reliquia llamativa, podríamos decir.

Y el efecto terapéutico del psicoanálisis se debe aque el cerebro construye representaciones de los sucesos, las experiencias,incluso de las sesiones psicoanalíticas, al igual que de los hábitos del pensamiento, para no utilizar la palabra ‘síntoma’,tan macabra, como limitada, y que son estables mientras no incomoden, perocuando empiezan a hacerse inadecuados, molestos, a causar sufrimiento, escuando aparece la motivación para modificarlos, entonces el conocido adagio “genioy figura hasta la sepultura” solo se cumple mientras la persona se sientacómoda, de lo contrario pueden transformarse, pues la mente es elástica: emociones,recuerdos, sentimientos, añoranzas, sueños, así como la lógica, el gusto y lasideas no son esotéricas, se trata de manifestaciones corporales tan concretascomo la digestión. Sin embargo, mientras la vía digestiva se estudia con instrumentosy procedimientos como endoscopia, biopsia, exámenes de laboratorios, ecografía,tomografía axial computarizada, resonancia nuclear magnética, en el caso de lamente, el objeto de estudio es la personalidad y la herramienta de trabajo es lapsicología del psicoanalista. Entonces la relación es terapéutica porquemodifica el punto de vista a través del habla y la experiencia durante esasnarraciones. Así que el consultorio es un laboratorio donde se pone a prueba lapersonalidad en un ambiente seguro que promueve cambios, sin las consecuenciasde actuar en el mundo exterior. Además, la sesión sucede en presente, setrabaja sobre el efecto de eventos pasados en la actualidad, de todas maneras,los recuerdos son imprecisos por estar teñidos de los conflictos de hoy, y elpsicoanálisis no se trata de desenterrar todo lo sucedido hasta entonces.

Sin embargo, aun cuando el psicoanálisis es terapéutico y útil, incluso en ocasiones a corto plazo,como lo confirman varios trabajos de investigación estadística con seriesenormes de pacientes, es difícil ir al analista. Y no me refiero a los costos,la distancia ni a la falta de acceso a nosotros los psicoanalistas, al fin y alcabo, todos esos obstáculos son salvables: es posible pactar una tarifa realista,así como ubicar un analista de acceso cómodo y horario adecuado. Me parece encambio que el problema está en la resistencia que implica la introspección: elpudor que supone aceptar que hay asuntos personales que se salen de las manos, ladificultad de salirse de los hábitos del pensamiento, que aun cuando maltraten,estamos aferrados a ellos; a la sobrevaloración de la razón, el autocontrol yla disciplina para la solución de conflictos emocionales, así como paramodificar respuestas inconscientes automáticas, así causen dolor y rompan relaciones amorosas y constructivas; y otroelemento prominente es la promesa de otros métodos que ofrecen alternativas queaparentemente suponen menor esfuerzo y la posibilidad de encontrar atajos paramadurar y superar adversidades con menos esfuerzo, sin embargo no hay queolvidar que lo más cómodo no siempre es lo más adecuado, después de todo,crecer, independizarse y construir autonomía puede ser doloroso, aun cuandoinevitable e ineludible.

Y una aclaración final. Para que la personalogre expresarse de la manera más libre y espontánea el psicoanalista debegarantizar la mayor discreción, por eso utilicé el sueño traumático de Dante y lasreflexiones de Borges en lugar de datos provenientes depersonas en análisis conmigo, después de todo, esa información ya era pública yellos mismos eligieron qué tanto contenido revelar.