En una bóveda en el pueblo de Svres, al suroeste de París reposa el Kilógramo, Le Grand K. Un cilindro de platino-iridium que está dentro de tres campanas protectoras bajo una temperatura y humedad controlada. Este artefacto en el que se basa el peso de kilógramo desde 1889 solo sale de su bóveda cada 40 años para ser pesado y son pocos los que lo han visto. Sin embargo podría volverse obsoleto después del próximo viernes cuando se realice la Conferencia general de pesos y medidas en Versalles, en donde se votará para adoptar una nueva definición. Se anticipa que va a ser una decisión unánime pues esta es una de las últimas medidas que se basa en un objeto y no en las medidas inalterables del universo. Le Grand K puede estar sumando o perdiendo átomos productos de los elementos en el aire o el contacto de cuando es pesado. Esto es muy relevante para los científicos y para las compañías que establecen sus balanzas basadas en el kilo. Le puede interesar: Investigador dice haber encontrado el avión perdido de Malasya Airlines con Google Maps La mayoría de unidades del Sistema Internacional de Unidades están definidas de acuerdo a constantes universales. Por ejemplo, el metro es la distancia que viaja la velocidad e la luz al vacío en 1/299,792,458 parte de un segundos. En el caso del kilo se basará en la constante de Planck, una medida que es inherentemente estable y que promete ser mucho más precisa que Le Grand K. La constante describe el comportamiento de las partículas y las ondas en la escala atómica y depende de tres unidades: el metro, el kilogramo y el segundo. En el caso de las dos primeras se miden y definen con la velocidad de la luz y pueden ser usadas para definir el kilogramo. Los científicos utilizarán una balanza Kibble que es un instrumento que pesa los objetos mediante fuerzas electromagnéticas. La constante de Planck es proporcional a la energía necesaria para balancear la masa. Puede leer: Por medio de chips espías, China habría robado secretos de Amazon y Apple “Para definir el nuevo valor del kilo se deberán hacer al menos tres experimentos que resulten en mediciones con una incertidumbre no mayor a 50 partes por billón. Y al menos una de las mediciones debe tener una incertidumbre no mayor a 20 partes de billón. De esta manera se asegurará una certeza estadística superior al 95 por ciento”, explica el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología. En caso de que se apruebe esta nueva medida entrará en vigencia el 20 de mayo de 2019, en el Día Mundial de la Metrología. A pesar del cambio, los científicos sostienen que los consumidores no sentirán el cambio de la medida en la compra de sus productos.