Las confrontaciones entre el gobierno venezolano y la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) de ese país vivieron un nuevo capítulo a finales de la semana pasada. La razón fue un exhaustivo comunicado que la Conferencia Episcopal emitió con motivo de la propuesta de reformar la Constitución, del Presidente Hugo Chávez. El comunicado, cuya publicación tuvo lugar el viernes, tiene por título “Exhortación sobre la propuesta de Reforma Constitucional”. Para algunos expertos es un análisis sensato que pretende la defensa de la democracia. Otros argumentan que el comunicado está motivado por los intereses de la oposición y que esto demuestra que la Iglesia ha pasado a ser un actor importante políticamente. En esta última línea fue la reacción del Presidente Chávez, quien en repetidas ocasiones ha salido a reprender las opiniones de los representantes religiosos. La iglesia Católica ha sido, desde el comienzo del mandato de Chávez, una crítica declarada de su gobierno. Desde 1999 el debate en Venezuela se libró en torno al proyecto de Ley de Cultos. La CEV se refirió al tema aduciendo que el objetivo de ese proyecto de ley era “vapulear a la Iglesia Católica” y no tanto favorecer a otros cultos. No obstante el Gobierno venezolano permaneció inalterable en su intención de reforma que quitaría algunas ventajas de las cuales gozaba la iglesia Católica en ese país. Reiteradamente el Primer Mandatario venezolano ha llamado a los representantes de la Conferencia Episcopal “mentirosos", "ignorantes", y les ha enviado a rezar avemarías y padrenuestros, en reacción a sus declaraciones. Por su parte al institución religiosa ha manifestado su preocupación constante por el destino político de la nación. En esta ocasión la “exhortación al pueblo venezolano” que hace la institución religiosa cuestiona la pretendida “concentración de poder en manos del Presidente de la República” que “favorece el autoritarismo” con la reforma de la Carta Magna. Otro de los argumentos esgrimidos es que la instauración del modelo que busca Chávez va en contra de las libertades individuales y del pluralismo, en un proyecto en el que quedan excluidos los sectores de la oposición: “un modelo de Estado socialista, marxista-leninista, estatista, es contrario al pensamiento del Libertador Simón Bolívar”, señala, entre otros argumentos. Como era de esperarse el Presidente venezolano reaccionó con declaraciones fuertes en contra de la CEV. Calificó como una “vergüenza” la declaración y como “moralmente inaceptables” a los representantes de la Iglesia que apoyaron el intento golpista en 2002: “Ellos son moralmente inaceptables para nuestro pueblo, para nuestra Iglesia. A nosotros los católicos, los cristianos, nos da vergüenza con esos obispos que tenemos, y si algunos se consideran la excepción, que lo digan, pero el que calla otorga”, dijo en una transmisión del canal oficial “Venezolana de Televisión”. Las desavenencias entre la iglesia y el presidente Chávez sientan un precedente histórico en la política de ese país. Si bien, “la injerencia de la iglesia Católica en el Estado venezolano no fue tan significativa como en la conformación de los demás estados Latinoamericanos, esta institución sí contaba con beneficios otorgados a partir de 1958 con el “Pacto del Punto Fijo”. En esta alianza, en la que los partidos tradicionales (AD, COPEI y URD) se comprometieron a mantener la gobernabilidad apoyados en algunas gremios, la iglesia Católica resultó beneficiada”, explica Julie Billorou, investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario. Desde entonces la iglesia gozó de beneficios representados en ayudas del Estado para la acción social de la Iglesia, siendo la educación uno de los ámbitos más importantes. Sin embargo, desde la llegada de Chávez al poder, a pesar de declararse un fervoroso creyente, las relaciones entre Gobierno-iglesia Católica devienen en un resquebrajamiento violento. Para Billorou esto se explica porque el proyecto de chavista no sólo busca cambios en la política, sino una transformación de manera estructural en todos los ámbitos del Estado: “Uno de los propósitos fundamentales es romper con la herencia del modelo puntofijista en el que las élites resultaban beneficiadas. Por eso ha arremetido contra los gremios, medios y la Iglesia, pues para Chávez significan el origen de todos los males de la política venezolana”. El otro choque que se ha presentado tiene sus raíces en las profundas reformas en materia de educación. La iglesia Católica tenía una injerencia importante en esa materia. Pero las reformas adelantadas por el actual Ministro de Educación Adán Chávez, hermano del mandatario, “tienen un tinte ideológico. Para la Iglesia, esa intención laicista es interpretada como un peligro y revierte en la supresión de dádivas que el Estado antes le entregaba. Por eso dice que Chávez ‘cubaniza’ la educación con una intención política”, explicó Billorou. En este contexto se desarrollan las relaciones Iglesia-Estado en Venezuela. La situación tiende a agrietarse aún más ya que las posiciones son totalmente opuestas. Con una iglesia, que toma parte activa en la oposición y que se ve amenazada por una reforma constitucional, y un Presidente que considera enemigos de su proyecto a todos los que no estén de acuerdo y cada que puede hace declaraciones incendiarias .