Martes 5 de febrero. Muy temprano en la mañana una columna guerrillera se dirigia por la vía que conduce de Bogotá a Villavicencio y cerca de Chipaque intentaron volar un puente y dinamitaron dos torres de energía. Enterados lo medios de comunicación, desplazaron a sus periodistas para cubrir las noticias. Sin embargo, cuando llegaron al lugar se encontraron con la sorpresa de que los subversivos permanecían allí y que se dedicaban a escribir consignas sobre las paredes de los camiones y los buses que habían detenido a la fuerza. No sólo eso, hasta alcanzaron a transcurrir ocho horas antes de que llegara la Policía.Jueves 7 de febrero, 6:00 de la mañana. Un grupo de guerrilleros de la CNG, a sólo 75 kilómetros de Bucaramanga, estableció un retén y comenzó a detener los vehículos y camiones que circulaban por la ruta El Playón-San Alberto, de la troncal de la Costa. Al cabo de unas horas, mil automotores se encontraban estacionados a merced de la subversión. Los guerrilleros asaltaron algunos camiones y repartieron su carga entre las gentes que se acercaban a ver lo que estaba sucediendo. Dentro los pasajeros de un bus figuraban 10 miembros del Cuerpo Elite, vestidos de civil, que fueron identificados por los subversivos y secuestrados. Dos periodistas, que iban camino de Simití para cubrir otro asalto guerrillero, también fueron retenidos por el grupo subversivo. Los guerrilleros, dueños de la situación, comunicaron a sus rehenes que sólo se retirarían y darían de nuevo vía libre a la circulación de vehículos cuando llegara el Ejército. El lugar se llenó de periodistas que fueron transmitiendo el desarrollo de la toma que incluía pintura de consignas y distribución de alimentos. A las 7 de la noche, en vista de que no aparecían los uniformados la guerrilla resolvió levantar el retén y retirarse del lugar.Estos episodios son sólo dos de los muchos en los cuales la respuesta del Ejército o no se ha dado o se ha quedado corta. Y ante una ofensiva guerrillera de la magnitud registrada la semana pasada, cuando en un solo día, el mismo martes, se presentaron 52 atentados en distintos puntos del país, lo que los colombianos se preguntan es: ¿Dónde está el Ejército? ¿Por qué no llega a tiempo o, simplemente, por qué no llega? LAS RESPUESTASPara estas preguntas podrian intentarse tres tipos de respuestas. En primer lugar, una de orden operativo; en segundo lugar, una de orden animico y, por último, una de carácter político.La de orden operativo, sería que en su tarea de mantener el orden público interno, el Ejército y la Policía se habían enfrentado tradicionalmente a fuerzas guerrilleras que, de una u otra forma, mantenían control sobre determinados territorios. La táctica militar consistía en plantear formas de combate diseñadas para buscar el repliegue de la subversión y recuperar el control de la zona. En este tipo de enfrentamientos, el Ejército sabía cómo se movía el enemigo y variaba su forma de combatir según se tratara de uno u otro grupo guerrillero. La estructura de Brigadas, repartidas por zonas de acuerdo con la presencia guerrillera y los mayores riesgos de perturbación del orden público, responden a ese viejo planteamiento militar de la guerrilla.Hoy, las circunstancias han cambiado. La guerrilla en lugar de ocupar zonas concretas, está recurriendo cada vez mas al terrorismo. Esto hace que cualquier cosa se pueda convertir en un blanco: una torre, un puente, un oleoducto, etc. Su sola voladura parecería ante la opinión pública como una acción militar cumplida, que en consecuencia produce puntos.El campo de acción del Gobierno es mucho menos tangible y difícilmente se puede medir con el mismo criterio. Fuera de la muerte de un guerrillero no hay nada concreto. Y como el terrorismo requiere muy pocas personas que se esfuman en forma rapida después de la accion, no son muchos los puntos que se puede anotar el Gobierno. Ademas de todo, es de esperar que cuando la guerrilla monta un operativo desafiante -como el de la semana pasada en el Cesar donde se sentó a esperar a que llegara la Policía en medio de cientos de civiles cualquier operativo del Ejército comprende el riesgo de emboscada y muerte de rehenes inocentes.Ante esta nueva estrategia, el Ejército esta tratando de buscar nuevas formas de lucha contraguerrillera como la creación de las llamadas brigadas móviles. Estas, como lo indica su mismo nombre, tienen gran capacidad de movilización y son pequeños contingentes fuertemente armados que basan su acción en el elemento sorpresa y en la versatilidad de su operación. Podría decirse que su eficiencia quedó demostrada en sus acciones contra el EPL en Córdoba, Urabá y Cesar, pues lograron golpear seriamente a este grupo insurgente, colocándolo en una posición militarmente debil. Esto fue lo que facilitó las negociaciones del Gobierno para lograr su desmovilización y desarme.Fue precisamente la eficacia de este tipo de brigada lo que llevó al Consejo de Seguridad -que se reunió la semana pasada para analizar la deteriorada situación de orden publico a tomar la decisión de crear nuevas brigadas móviles para enfrentar a la CNG. Con ellas, el Ejército piensa ponerle coto a las acciones de la guerrilla que se han venido multiplicando en espiral desde el pasado 9 de diciembre, cuando se adelantó la