Para el presidente Iván Duque, una de las deudas que en materia de justicia tiene el estado colombiano es el esclarecimiento del crimen del que fue víctima el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado. Sucedió en la mañana del 2 de noviembre de 1995, cuando salía de haber dictado clase en la universidad Sergio Arboleda, en Bogotá. El vehículo en el que se movilizaba fue interceptado y baleado por sicarios. Murieron él y su asistente, José del Cristo Huertas Hastamorir. Desde entonces no se conocen los responsables ni materiales ni intelectuales de estos homicidios, y la única persona que estaba detenida al parecer era inocente.  Gómez no solo era uno de los más férreos opositores al gobierno de Ernesto Samper. También era periodista. Alternaba sus funciones de director del diario El Nuevo Siglo, periódico que siempre ha sido tribuna del pensamiento conservador y donde escribía duros editoriales contra lo que llamaba el “régimen”, con la dirección del Noticiero 24 Horas, del cual era uno de los mayores accionistas. Allí solía aparecer como entrevistado, despachando titulares contra el gobierno de la época. Esa doble condición de dirigente político y periodista es la que ha motivado al presidente Duque a pidirle a la Corte Suprema de Justicia que lo declare crimen de lesa humanidad para que las investigaciones no prescriban, así como ha sudedido en los casos de Luis Carlos Galán Sarmiento en 1989 y el periodista Guillermo Canmo Isaza, director de El Espectador, en 1986.   “Me dirijo a ustedes en referencia a la deuda del Estado colombiano con el esclarecimiento de los crímenes del periodista y excandidato presidencial Álvaro Gómez Hurtado y de su asistente José del Cristo Huertas Hastamorir para solicitar de esa honorable Corporación, (...) que se pronuncie acerca de la declaratoria como crímenes de lesa humanidad de esos homicidios”, puede leerse en la carta de Iván Duque dirigida a la Corte Suprema de Justicia. Le recomendamos: Sobre el magnicidio de Álvaro Gómez I La misiva, fechada con 18 de diciembre, está dirigida a José Luis Barceló, presidente del tribunal, y a los demás magistrados y busca que los hechos ocurridos el 2 de noviembre de de 1995 sean declarados como crímenes de lesa humanidad. Lo que llevaría a que se volverían imprescriptibles. En el texto, Duque recordó que la fiscalía delegada (la 190 de la Unidad Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos) tras varios años de investigación y en respuesta a diversas solicitudes de las víctimas, concluyó que los hechos punibles por los que fallecieron Gómez y Huertas constituyen crímenes de lesa humanidad, pues se enmarcaron dentro de un plan sistemático “promovido por narcotraficantes para eliminar a sus opositores y a líderes sociales, e intimidar a la población en el marco del conocido escándalo del proceso 8000”. Puede leer: Personajes de la historia vistos por Enrique Santos El presidente enfatizó en que al momento de su muerte el entonces candidato presidencial ejercía activamente el periodismo y era considerado como persona protegida, señalando ello como un argumento adicional para la declaratoria. Además, en la carta expone los casos de los homicidios del excandidato presidencial Luis Carlos Galán y del periodista Guillermo Cano Isaza, a los cuales las autoridades judiciales colombianas han conferido la categoría de crímenes de lesa humanidad para, del mismo modo, volverlos imprescriptibles. Lo que sienta precedente aplicable a los homicidios de Gómez y Huertas. Le sugerimos: Testimonios anunciados sobre el caso Álvaro Gómez “Solo este tipo de decisiones de la justicia colombiana permitirán superar la impunidad que aún prevalece respecto de tantos hechos violentos de grave connotación nacional ocurridos en la década de los noventa y avanzar hacia una paz estable y duradera”, indicó en su escrito. Esta es la carta: Carta Iván Duque a CSJ by Semana on Scribd