Salvo Basile llegó al país en 1968 para el rodaje de la película italiana Quemada. Dejó atrás a Europa, se quedó en Colombia y continuó con el cine. Hoy está metido de pies y manos con la organización del Festival de Cine de Cartagena, que este año llega a su aniversario número 50, en el que es una de las figuras más visibles después de la muerte de Víctor Nieto, su fundador.