Ellos, los jóvenes, siguieron el ejemplo de sus padres y buscaron préstamos estudiantiles para pagar sus estudios, pero en estos meses de pandemia, el panorama cambió drásticamente. ¿Estamos ante una nueva generación perdida de jóvenes que no encontrarán un trabajo? Es común plantearse este debate cada vez que viene una crisis económica donde las oportunidades de empleo comienzan a escasear. En Colombia hemos visto crisis, como la del 99, cuando muchas empresas despidieron trabajadores en medio de un golpe al sistema financiero. Esa generación tuvo que emplearse en puestos de trabajo para los que no estudiaron. Lea también: Torre, la plataforma colombiana para encontrar empleos remotos Estados Unidos y Europa vivieron también duras situaciones económicas después de 2008, con la quiebra de los grandes bancos y las hipotecas tóxicas. Esos jóvenes que fueron despedidos del sistema financiero tuvieron que reinventarse y buscar otras formas de ingreso, probablemente impensadas en su etapa de estudiantes. Y hoy, por cuenta de la pandemia mundial los jóvenes que recién están graduándose enfrentan el gran desafío de qué hacer por el desempleo debido a la coyuntura actual. Dice la Organización Internacional del Trabajo, en un estudio, que a menos que se tomen medidas urgentes, es probable que los jóvenes sufran impactos graves y duraderos a causa de esta pandemia. En Colombia, las cifras del Dane sobre el impacto del desempleo en los jóvenes entre abril y junio de 2020, en el pleno pico de la crisis por el coronavirus, muestran un pico que llegó al 29,5%, mientras que un año antes era de 17,2%. Y esta situación afecta más a las mujeres (36,5%) que a los hombres (24,5%). Le puede interesar: El futuro del reclutamiento será programático y 100% digital La buena noticia es que para estos jóvenes existen alternativas que van más allá de buscar un empleo formal en su ciudad. Se trata de aprovechar la explosión de lo virtual para explorar en empresas que están por fuera de sus límites geográficos o incluso, abrirse a buscar experiencias en compañías que pueden añadir un plus a sus hojas de vida, realizando pasantías, voluntariados, o ‘apprenticeships’; un campo que ahora estamos experimentando en Torre. También pueden mejorar su experiencia por medio de capacitaciones, recibir mentorías o hacer consultorías en empresas que están buscando nuevos talentos en proyectos innovadores. La ventaja es que los futuros profesionales no van a quedarse cruzados de brazos. Con esta clase de recursos necesitan empezar a construir su networking o red de contactos, base de su futuro laboral (el 55% de oportunidades laborales llega por referidos). Recordemos también que hay estudios que consideran que una persona tarda hasta 10 años en recuperar el tiempo perdido de un parón laboral. Lea también: ¿Está usted preparado para los trabajos del futuro? No vamos a desconocer que estamos ante una crisis, pero aunque suene un poco a ‘frase de cajón’, hay que resaltar que estamos ante nuevas oportunidades. Si los egresados logran conectarse en trabajo colaborativo, pueden buscar cómo asociarse con otros profesionales en actividades que no necesariamente se reconocen con un intercambio de dinero, sino que buscan intercambio de conocimiento o servicios, así pueden avanzar y enriquecerse profesionalmente, sin el factor económico como obstáculo de por medio. Creo además que el tipo de experiencias que se pueden conseguir por medio del trabajo remoto también son una manera de desarrollar las ‘habilidades blandas’ necesarias para el futuro de un buen trabajador. El sentido de liderazgo, la habilidad de comunicarse, la pertenencia, el compromiso, son más exigentes en experiencias remotas, que cuando se trabaja en una oficina. Es importante que nuestros empresarios reconozcan esa realidad y hagan un trabajo consciente por prepararse y capacitarse para entrar en esas nuevas dinámicas de trabajo. Lea también: Torre, la plataforma colombiana para encontrar empleos remotos En nuestra compañía creemos que el futuro laboral para estos estudiantes que hoy están a punto de graduarse o los recién egresados es muy positivo si aceptan estos nuevos retos. Esta es una oportunidad para los que siguen capacitándose y aceptan que hay nuevas formas de trabajo, nuevos entornos para salir a trabajar, repensando su acepción tradicional. Deberíamos mirar hacia adelante con optimismo, no podemos tener una generación perdida de jóvenes profesionales, más bien llamémosla: la generación de oportunidades.