Felicitaciones por la claridad y contundencia (SEMANA, edición #939) frente a las dos últimas intolerables pretensiones de las Farc. Lamentablemente las Farc en Colombia siguen anulando su retórica de paz con hechos de guerra. El lanzamiento, con parafernalia y desde el Caguán, de “un partido para la guerra”, de “un movimiento político para llevar a cabo su proselitismo bajo el amparo de los fusiles”, no es sino el intento de alargar aún más el brazo armado y terrorista, ya intolerable para el país. Ello debería ser un resultado final de las negociaciones de paz (cuando las Farc depongan las armas y el terrorismo) y no un nuevo gesto inamistoso y guerrerista que introduce más confusión al proceso de paz como lo sigue llevando el gobierno de Pastrana. El Presidente, aunque bien intencionado, sigue luciendo ingenuo y débil frente a tanta arrogancia de la subversión. ¡Qué contraste con la contundencia política de Aznar, apoyado ampliamente por el electorado español, frente a las pretensiones de Herri Batasuna, brazo político del ETA!