Las lecciones de la historia no terminan por ser aprendidas. Las aspiraciones, lícitas, de conseguir votos y crear una cauda electoral resultan una obsesión de los gobernantes con aspiraciones adicionales.El caso del Señor Alcalde de Santa Fe de Bogotá no resulta una excepción. Dejó invadir el espacio público que había sido recuperado con dificultad por las anteriores administraciones con la esperanza de tener una base popular afecta a su nombre, una legión de electores. El desorden causado por los buses y busetas, que atiborran las deterioradas avenidas de la ciudad constituyen otro bastión electoral de conductores dispuestos a brindar su voto en gratitud por la complacencia del Alcalde, quien no tiene ningún inconveniente en permitirles no solo su anarquía sino contaminar la ciudad de monóxido de carbono sin ningún tipo de cortapisa. Desde luego las autoridades de policía bajo el control del Alcalde se han tornado laxas con los lugares de rumba, la rumba grata al alcalde, aunque el consumo de alcohol aumente, los escándalos en la vía publica prosperen y los ciudadanos sufran las consecuencias. Los rumberos sin restricciones constituyen otro potencial electoral del Alcalde.Y no se piense que la tolerancia en zonas "In" no escapan del abanico de fuentes electorales. No importa la invasión del espacio público o la violación de leyes de estacionamiento entre la carrera Quinta y Séptima con calle 69 A. Ahora centro de moda en los restaurantes donde sus funcionarios y los Concejales de la ciudad no respetan ninguna norma. Entendemos claro está, que no se puede incomodar a los ediles reunidos con sus funcionarios en los gratos lugares de moda. Los ediles, los comunicadores sociales, los empresarios que allí abusan de la vía pública no pueden ser molestados. Sus votos, sus opiniones y sus recursos son necesarios en las futuras aspiraciones electorales. Ningún policía de la ciudad debe perturbarlos para aumentar la popularidad electoral.Alguna correlación debe existir entre estos fenómenos y el alarmante robo de redes telefónicas, cabes de energía y tapas de las alcantarillas. Las autoridades no ven, no incomodan, no persiguen a los desempleados dedicados a rebuscarse el sustento diario con la depredación de los bienes comunes. La tolerancia del Alcalde con todos éstos fenómenos resulta sospechosa. Su legítimo interes electoral parece prevalecer.Señor Alcalde, los votos pueden conseguirse con un espacio público recuperado, libre de vendedores ambulantes. Entre otras cosas, según su Secretario de Gobierno, el manejo de los vendedores ambulantes lo realizan verdaderas mafias y nos resistimos a pensar que exista nexo alguno entre la administración y ellas. Los ciudadanos, los votantes netos, eso votantes pagan con votos una ciudad limpia de vendedores ambulantes, con un espacio de verdad público.Los votos señor Alcalde los consigue de una ciudad libre de esa cantidad innecesaria de vehículos públicos congestionando las avenidas. Los ciudadanos, los de los votos netos, quieren una ciudad libre de contaminación, una ciudad más ordenada en el tráfico. Los votos vendrán cuando aplique todos los recursos para ordenar la avalancha de buses y busetas y sacar de circulación los vehículos viejos y obsoletos y los niños de la ciudad tengan un ambiente más puro. Esos electores luego aceptaran más restricciones necesarias al tráfico de vehículos particulares.Señor Alcalde, producen más votos la descontaminación ambiental que su leal tolerancia con quienes depredan el ambiente de la ciudad.Imponga su autoridad señor Alcalde, ordene a la policía de la ciudad controlar en diferentes partes de la ciudad el desborde de las rumbas en lugares convertidos ya en centro de ruido insoportable para la tranquilidad de la ciudadanía. Los vecinos son votos leales para premiar una buena gestión.Déle ejemplo a la ciudadanía. Ordene a las autoridades controlar la invasión del espacio en la calle 69 A, no dude que los residentes del sector recordarán su acción y le darán votos, pero, además, estimulará a la ciudadanía de otros sectores invadidos para pedir y obtener su protección y lo recompensarán con votos tan deseables.Señor Alcalde cuide las dependencias del Distrito, cuando empiece el carnaval de las denuncias por el festín presupuestal los votos se volverán muy esquivos.Los electores cada vez más evalúan los buenos resultados de una autoridad a favor de los más altos intereses de la comunidad. Señor Alcalde, consiga votos de la manera moderna.