El pasado domingo, Angélica Valencia se levantó con un objetivo claro: disfrutar, junto a su familia, de la gastronomía peruana. Pero terminó viviendo uno de los momentos más incómodos de su vida: fue víctima, según dice, de un acto de racismo. El hecho se presentó en el restaurante Cuzco del Parque de la 93, un exclusivo sector en el norte de Bogotá. Allí, Angélica Valencia, su madre y su sobrino se vieron rechazados y no pudieron ingresar al lugar. Angélica escribió su historia ese mismo día en su cuenta de Facebook, donde anotó que la prohibición de ingreso al reconocido lugar no fue por la disponibilidad de mesas, ni porque estuviera reservado, sino “porque somos afrocolombianos”, denunció. Según ella, “la única excusa fue decir ‘cerramos la cocina a las 4:00 p. m.’, siendo las 4:30 p. m. y con varias mesas realizando pedidos, y otras personas llegando y obteniendo mesas”, relató. Ante el argumento de los empleados del lugar, Valencia les solicitó el horario del restaurante para comprobar lo que decían. Sin embargo, no lo logró porque, según le respondieron, no lo tenían. Por más que exigió explicaciones, nada consiguió. En el restaurante no los dejaron ingresar y, lo más inaudito es que –según su relato– duró abierto al público hasta las 6:15 p. m. Ante la avalancha de críticas en las redes sociales, el restaurante asegura que las cosas no sucedieron de esa manera. En un corto comunicado emitido este martes, los representantes del restaurante Cuzco aseguran que la situación con Angélica fue un “malentendido” y que no hubo intención de incomodarla a ella o su familia. “El malentendido se dio por no informar de manera clara sobre nuestros horarios, generando confusión y desafortunadamente tergiversando la información dada a la señora Valencia (…) Reiteramos nuestras más sincera disculpas a la señora Angélica Valencia y a quienes se vieron afectados por esta situación”.   Por último, en el documento aseguran que es un lugar incluyente y su mayor compromiso es recibir y “atender a todas las personas por igual”.   Indignación en las redes   Angélica no se quedó quieta. Hizo una especie de campaña donde les pidió a sus amigos y contactos compartir su historia. “No sólo por el hecho que me pasó a mí, sino porque esto todavía ocurre y que estas situaciones sean parte de la vida cotidiana de muchos colombianos que viven esto en restaurantes, escuelas, universidades, en la vida diaria en general, por algunos pocos que no ven el ser humano sino que ven un color, una condición social, religión, sexo, etc.”.   Sin embargo, y pese a las explicaciones del sitio, la historia de Angélica en las redes sociales fue compartida por miles de usuarios que mostraron su descontento con la presunta actitud discriminatoria por parte del restaurante. “Sólo tengo un profundo regocijo en mi corazón por el apoyo que hemos recibido mi familia y yo, esto demuestra que el mundo cambió, los humanos somos libres porque respetamos y amamos la libertad, protegemos la dignidad y, sobre todo, no somos indiferentes ante la injusticia (…) en nombre de mi familia y de todo ser humano que en un momento vivió el flagelo de la discriminación les digo GRACIAS”, escribió en la tarde de este martes. Semana.com contactó a Angélica y ella confirmó el incidente en el establecimiento. “Mi objetivo no es armar un problema. Simplemente es necesario denunciar lo que pasó, para que incidentes como estos no se repitan. No está bien ningún tipo de discriminación”, dijo.   De todas maneras, su historia quedó registrada en las redes sociales, un canal que ha servido para que los ciudadanos, con poco acceso a los medios, tengan su propia voz. No obstante, las explicaciones del restaurante también debe ser tenidas en cuenta y se debe considerar su versión.