Claro que sí se ‘descongeló’ el diálogo gobierno-Farc (SEMANA #980 ‘El acuerdo de Los Pozos’). Y es, indudablemente, una buena noticia; pero no se ha llegado por ninguna de las dos partes a la raíz del problema y, al parecer, es un silencio calculado: las Farc quieren poder (político, gubernamental, presupuestal, burocrático) y los gobiernos ahora conservador y antes liberal no quieren oír mencionar ninguna posibilidad de compartir aquellas cuatro formas de poder. Si durante casi un siglo este país y esas administraciones han logrado estar en manos de un partido único llamado Conserberal (el 35 por ciento de los colombianos), no ven el motivo para cambiar ignorando así al 65 por ciento de los colombianos que no están matriculados en ninguno de esos partidos tradicionales.