Tras una semana de operaciones policiales, las autoridades belgas capturaron a Salah Abdeslam, el principal sospechoso de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París.La zona de Molenbeek, en Bruselas, donde lo detuvieron herido pero vivo, es considerada desde finales del año pasado un lugar de concentración del fundamentalismo radical islámico y base de los yihadistas. La captura se unió a la declaración del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que esta semana calificó a Estado Islámico como un grupo genocida por su ataque sistemático a las minorías yazidí, chiita y cristiana en Irak y Siria.La última vez que Estados Unidos declaró genocidio fue en 2004, a raíz del conflicto en Darfur, en Sudán, para justificar una intervención humanitaria. Ahora, con Estado Islámico en la mira de todo Occidente y con la prueba de que perseguirán hasta el cansancio a los terroristas, tal vez esté sucediendo algo similar 12 años después.