Para nadie es un secreto que 1999 ha sido el año más desastroso en términos de crecimiento en todo el siglo, como lo confirma la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del 6 por ciento durante el primer semestre. Y las cosas para lo que resta del año no lucen mejor. Hasta los más optimistas aceptan que habrá una caída del PIB de alrededor de 3 ó 3,5 por ciento, e inclusive algunos vaticinan una reducción de la economía cercana al 4,5 por ciento.En lo que también coinciden los expertos es en que lo peor ha pasado. Un selecto grupo de analistas consultados por SEMANA espera que durante 2000 se presente una leve reactivación de la producción que permita que Colombia vuelva a ubicarse en el camino del desarrollo sostenido de largo plazo. Con excepción de Santander Investment, todos ellos proyectan un aumento del PIB por encima de 1,5 por ciento. Y hay algunos, incluso, que piensan que se podría llegar a incrementos hasta de 3,5 por ciento. En promedio, los analistas prevén un crecimiento de la economía de 2,3 por ciento.Para algunos de los expertos consultados la reactivación será generalizada como consecuencia del ciclo natural en el que se mueven todas las economías del mundo. Según Michael Hood, vicepresidente del banco norteamericano J.P. Morgan, "nuestro pronóstico para 1999 es de una reducción del PIB de 4,6 por ciento; en consecuencia, la contribución del crecimiento del próximo año vendrá de procesos cíclicos normales, en particular de un cambio en el ciclo de inventarios y de una leve recuperación en el consumo por la disipación de las inseguridades laborales".Pero la mayoría de los expertos coinciden en que la recuperación estará focalizada en ciertas áreas. Más específicamente, afirman que el sector responsable de jalonar la actividad productiva durante 2000 será el de exportaciones _tanto tradicionales como no tradicionales_, en particular a Estados Unidos. Las razones detrás de esta afirmación son dos. La primera tiene que ver con el hecho de que la devaluación del peso colombiano durante los últimos 18 meses ha permitido colocar la tasa de cambio real en niveles que hacen que la industria nacional sea competitiva en el exterior. La segunda está relacionada con la expectativa de recuperación económica en otras naciones y el consecuente incremento en la demanda por productos nacionales en el resto del mundo. Pero si bien las exportaciones serán el motor principal de la economía al comenzar el nuevo siglo esto no implica que sea el único. Los analistas pronostican que, junto con las ventas al exterior, durante el próximo año crecerán _aunque muy levemente_ el sector agropecuario, los servicios _particularmente los financieros_ y el consumo.La barrera superable del ajusteNo obstante el moderado optimismo de los expertos existen ciertos factores que pueden perjudicar seriamente la situación del aparato productivo durante 2000. El primero de ellos es la aprobación por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) del crédito que se negocia actualmente. Lo importante de esta aprobación es que se confirmaría el compromiso del gobierno de sanear sus descuadernadas finanzas públicas con miras a revertir el insostenible déficit fiscal que aqueja al país.El segundo factor que podría atravesársele a la recuperación es que el Congreso no apruebe oportunamente las reformas estructurales que serán puestas a su consideración en los próximos días en relación con las finanzas territoriales, la flexibilización del mercado laboral y el presupuesto. Para Anif la diferencia de escenarios _con y sin ajuste_ es importante. De un crecimiento de 3 por ciento anual pronosticado bajo el primer escenario se pasaría a un panorama de crecimiento cero, acompañado de alta inflación, un tipo de cambio inestable y tasas de interés altas. Esto se traduce en que el cambio de tendencia hacia un crecimiento positivo en 2000 quedaría aplazado para cuando estas reformas estructurales _que se tienen que llevar a cabo pues la economía colombiana en su estado actual es insostenible_ finalmente se den.Pero, aun en el peor de los casos, las perspectivas sobre el desempeño de la economía durante el próximo año representan a todas luces una mejoría sobre los deplorables resultados de 1999. Inclusive con el retraso del ajuste estructural la probabilidad de que en 2000 la economía crezca es alta, pues el punto de partida que dejará como legado este siglo no debe ser difícil de superar. Qué tanto se supere dependerá en buena medida del Congreso y del FMI.