Conforme afirma el artículo 'Entre la rubia y el Tío Sam' (SEMANA #1.061) todo el mundo estará atento de la respuesta, que el nuevo presidente de Colombia, Alvaro Uribe, le dará a Marc Grossman sobre la 'petición' de Estados Unidos de pasarse por la faja la reciente ratificación del convenio de la Corte Penal Internacional, y que Colombia firmó haciendo uso de soberanía y dignidad. La Corte Penal Internacional se creó, precisamente, para juzgar y condenar a todo aquel, que basándose en su fuerza, atenta contra los derechos naturales de la humanidad. Muchos de nosotros, tanto ciudadanos norteamericanos como quienes no lo somos, hemos rechazado la soberbia Ley (Aspa) firmada por el presidente Bush, por considerarla arrogante y coaccionadora, que no consulta el verdadero espíritu democrático sobre el que se fundó esta nación. Carlos PinillaNueva York (Estados Unidos)