La semana pasada apareció Alvaro Leyva moviéndose como pez en el agua en los altos círculos de España. Al averiguarse sobre su presencia en ese país resultó que las Naciones Unidas le expidieron recientemente un pasaporte de refugiado político internacional, lo cual lo ha convertido en una celebridad en el mundo de las ONG, que lo acogen y lo promueven adonde llega