El auditorio Camilo Torres de la facultad de Sociología de la Universidad Nacional, en Bogotá, estaba atestado de personas este viernes. ¿La razón? Una sola. Era el regreso del profesor Miguel Ángel Beltrán, luego de permanecer en la cárcel La Picota por más de un año tras ser condenado a ocho años y medio por el delito de rebelión.Primero, Beltrán ofreció unas respuestas a la prensa. Después una colega suya leyó una emotiva carta que le escribieron los prisioneros de las FARC-EP que compartieron el patio con el profesor:“A pesar de las dificultades fueron al menos entretenidos los momentos pasados a tu lado. Aprendimos mucho de ti. Nos enseñaste el valor de la humildad y del trabajo duro (…) entendimos tu posición de no compartir la vía armada, pero por respeto comprendías nuestra razón de ser (…) Deseamos, en esta nueva etapa de tu vida, que puedas compartir con tus hijos, tu esposa, padre y amigos, te lo mereces”, decían unos fragmentos de la misiva.Le puede interesar: Polémica en la U. Nacional por homenaje a profesor Miguel BeltránDespués, cuando anunciaron que él iba a decir unas palabras, vinieron los aplausos y la alegría. Los asistentes se pusieron de pie y, al son de la canción ‘Para no olvidar’ de los Rodríguez – a la que le cambiaron la letra- empezaron a cantar.Luego, al unísono, gritaban: ¡Libertad! ¡Libertad!Llegó el turno de Beltrán quien, en medio de agradecimientos para las personas que lo acompañaron en este proceso, mencionó las lecciones de su paso por La Picota.“Este último año ha sido muy doloroso por las condiciones críticas que hemos tenido que enfrentar en la cárcel. Que no se nos permita el ingreso de un libro, de un papel. Que se nos humille. Que no se nos atienda el tema de salud. Hay compañeros que están esperando a que les llegue el día de la muerte”, relató.Le recomendamos: “Yo no soy el profesor de las FARC”Por estas razones, cree que “todavía sigue un pensamiento de venganza por parte de las autoridades”. Y, por su experiencia, considera que en el escenario de construcción de una sociedad diferente no deben existir las prisiones.“Creo que tenemos que erradicar las cárceles. No deben existir, ni siquiera se debe hablar de reducción de penas. Hay que buscar la eliminación de las cárceles. Hay que buscar otros métodos más humanos”, afirmó con vehemencia.Los aplausos en el auditorio no se hicieron esperar. Y los asistentes celebraron su propuesta.Los problemas de Beltrán con la justicia empezaron en el 2009, cuando su nombre fue relacionado con el alias de ‘Jaime Cienfuegos‘, un intelectual mencionado en los computadores de ‘Raúl Reyes’.Según los documentos encontrados en la operación ‘Fénix’, en la que cayó abatido el jefe guerrillero en territorio ecuatoriano, Beltrán se encargaba de dirigir eventos académicos y promover un grupo de investigación tendiente a obtener recursos económicos para la organización subversiva.Tras las acusaciones, el docente fue capturado y posteriormente absuelto por falta de pruebas por un juez. Sin embargo, en el 2014 el Tribunal Superior de Bogotá lo condenó por el delito de rebelión y en agosto del 2015 fue capturado nuevamente en un control de la Policía de Bogotá.Al respecto, la Corte Suprema de Justicia debía tomar una decisión y ordenó este jueves la libertad inmediata de Beltrán. En el pasado, el alto tribunal había señalado que las pruebas recogidas del computador de ‘Raúl Reyes‘ no eran válidas.Aparte de los líos penales, al sociólogo lo destituyó e inhabilitó la Procuraduría para ejercer cargos públicos por 13 años, en septiembre del 2014, lo que le impidió seguir siendo profesor de la universidad pública.Precisamente, ahora que está en libertad, ese es uno de sus retos: lograr que el Consejo de Estado tumbe el fallo del Ministerio Público para volver a ser docente de la Universidad Nacional, del alma mater a la que siempre ha pertenecido y en el que profesores y estudiantes lo esperan de vuelta.