Una vez cesen la turbulencia y la pandemia, el mundo no será el mismo. No lo serán las economías y tampoco los centros comerciales. En un país como Colombia, deben fortalecerse como ejes dinamizadores del comercio, promotores del empleo y del bienestar. De la vida.  La Ciudadela Comercial Unicentro Bogotá, por ejemplo, es un ícono. Está cerca de sus 44 años de fundación y es reconocido por ser primer centro comercial construido en Bogotá y el tercero en América Latina. En su interior ha pasado también la historia de millones de colombianos. Es una ciudad dentro de la ciudad. 

El año anterior recibió 27 millones de visitas. Dentro, sin contar con los 2.500 empleos de 312 establecimientos, se generan otros 254 empleos directos y 136 indirectos entre personal de aseo, mantenimiento, estacionamientos, seguridad y administración. Hoy, nuestro objetivo no es solo preservar esos empleos y ayudar a las marcas a hacer lo mismo con sus empleados, sino ayudarle al país a que su economía fluya, a que el dinero circule. Porque estamos convencidos de que el rol de los centros comerciales es ese: ser pequeñas ciudades donde se genera empleo, donde se conoce la gente, donde se pagan impuestos, donde se compra, pero también donde se vale soñar, enamorarse, reencontrarse y compartir con los seres más queridos. Unicentro Bogotá no ha sido ajeno a la situación, nos hemos visto afectados como todos. Pero también, como muchas empresas, hemos buscado ayudar y también proteger los empleos. Al albergar establecimientos autorizados para operar durante el aislamiento (bancos, restaurantes para domicilios, droguerías y supermercado), Unicentro Bogotá tomó importantes medidas de salubridad, ha hecho esfuerzos y sacrificios para garantizar que esos colombianos que entran a trabajar, a hacer diligencias o a abastecerse, lo hagan de manera segura, respetando filas, guardando distancias y protegiendo la salud. Por supuesto, como es la instrucción de las autoridades, los demás establecimientos no están en operación. Entre tanto, y desde ya, estamos pensando en cómo reinventarnos, cómo retornar a nuestra operatividad habitual cuando llegue el momento y ofrecer las garantías de seguridad, salubridad y confianza que siempre nos han caracterizado. Cómo nuestra oferta de servicios será y tendrá que ser diferente, para un mundo diferente. Somos parte de esa fuerza apalancadora para una economía que requiere fluir, pero somos responsables de cuidar la salud de todos. Sabemos que nuestro cambio también tendrá que venir acompañado de una transformación en cultura ciudadana y de marcas más cercanas y solidarias. Estamos convencidos, además, de que las personas nunca dejarán de ser personas y tampoco dejarán de buscar espacios como Unicentro.

Al final, todos hemos aprendido que debemos ejercer una ciudadanía diferente, más tolerante, y una compra y una oferta responsables. Respetar filas con el distanciamiento requerido, aprender a seguir las instrucciones del personal de seguridad… acatar las normas para impulsar a la economía. En Unicentro Bogotá sabemos que el futuro es más importante que la historia. Por eso hacemos un llamado a industrias, marcas, gobierno local y nacional porque debemos reinventarnos para seguir construyendo valor, garantizar la salud y pensar, desde ya, en cómo atender las necesidades del mañana. Hoy, en una ciudadela como Unicentro que añora a sus visitantes, reafirmamos nuestra presencia: acá estamos, para que cuando podamos abrir de par en par nuestras puertas, tengamos el mejor y más seguro de los reencuentros y sigamos jalonando el empleo de miles en una economía que nunca podrá ser fantasma. *Gerente General Unicentro Bogotá