Los expertos entrevistaron a 132 personas de 13 lugares de trabajo distintos y al revisar su saliva midieron los niveles de cortisol. El resultado mostró que los niveles de esta hormona eran mucho más altos en quienes seguían respondiendo correos de trabajo por fuera de la oficina. Lo más curioso del experimento es que los expertos encontraron que cuando se trabaja a distancia también se tienen los niveles de cortisol elevados. El trabajo, publicado en la revista Journal of Occupational Health Psychology, reveló que hay dos tipos de trabajadores: los que separan su vida laboral de la privada, y los que no logran hacerlo y sufren estos efectos tan nocivos.