Cuando la justicia le decretó reclusión preventiva a Roberto Prieto, sus abogados invocaron argumentos de seguridad y salud para pedir que lo detuvieran en una unidad militar o de Policía. El juez negó esa petición y lo mandó a La Picota, con los políticos presos. Como allá están Otto Bula y los Ñoños, quienes han declarado contra él, Prieto se negó y pidió entonces que lo mandaran a La Modelo. Allá pagan sus penas el lumpen y los mayores criminales del país y las condiciones de encarcelamiento son muy severas. Nadie tiene celular, las visitas familiares solo se permiten una vez cada 15 días y las posibilidades de actos violentos son permanentes. Prieto sufre depresión profunda y está tomando medicamentos todos los días, por lo cual sus abogados han solicitado una evaluación física y psiquiátrica.