Se caracterizó por tres rasgos: su caballerosidad, su talento artístico y el culto a la amistad. Su gran contextura física encajaba perfectamente con su personalidad desbordante. Había heredado muchas de las virtudes de su padre, Álvaro Castaño Catillo, y de su madre, Gloria Valencia. Fue productor de televisión, director de cine, fotógrafo y un apasionado por todo lo que tenía que ver con el mundo de la cultura. Pero siempre lo más importante para él fue la familia que había formado con Ana María Rueda, con quien tuvo sus dos hijos, Manuela y Juan Ruy. Su otro gran amor fue México, país donde conoció y vivió 25 de años de felicidad con su última esposa, la exponente de la cultura mexicana Rosalba Garza. La combinación de cariño y tristeza que dejó su partida ilustra la huella que Rodrigo Castaño dejó entre todos los que lo conocieron.