La crisis política en Brasil tocó fondo este domingo cuando la Cámara de Diputados aprobó el impeachment o juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. Los 513 diputados defendieron la destitución por las razones más diversas, entre ellas religiosas.Esta noche María Jimena Duzán debatió con Laura Gil, Arlene Tickner, Sandra Borda, Beatriz Miranda, Fernando Cepeda y Guido Nejamkis acerca de la decisión de la Cámara De Diputados de aceptar que el senado abra un juicio para investigar a la presidenta. De acuerdo con los analistas, quienes han puesto a Rousseff tras las cuerdas también arrastran prácticas de corrupción incluso peores que las que atribuyen a la presidenta.El desarrollo que tenga este juicio se une a otros reveses que impactan a los gobiernos de izquierda en América Latina. Por ejemplo, en Bolivia, Evo Morales perdió el referendo que buscaba reelegirlo indefinidamente, en Ecuador, el presidente Rafael correa no se presentará a las elecciones de 2017 pero buscará poner su candidato con miras a que pueda presentar a una elección en 2021. Por su parte, Maduro en Venezuela enfrenta la peor crisis económica desde la era chavista.Sin embargo, aunque los panoramas se parezcan, los panelistas manifestaron que las izquierdas en América Latina tienen más diferencias que similitudes. Según Arlene Tickner en el caso de Brasil uno de los grandes problemas es el número exorbitante de partidos políticos, un total de 25 registrados, por esto hacer política y coaliciones en Brasil “ha sido comprar aliados y votos y por eso se observa una hipercorrupción que es sistémica y que se normalizado como la manera común de hacer política”. El error de Dilma es mucho menor que el de Petrobras, porque este último llega a sumar los 8 mil millones de dólares robados.Para algunos lo que ocurre con la presidenta es una cortina de humo o una distracción para que se diluya el escándalo de corrupción de la empresa estatal más grande América Latina. Para Sandra Borda, la crisis en Brasil se potencializó por la combinación de una de dos factores de los inversionistas extranjeros y de las alianzas con los medios de comunicación. Por su parte, Laura Gil mencionó que algo que sí caracterizó a estos gobiernos fue el no ahorrar en época de bonanza económica.Entre otras cosas, Fernando Cepeda señaló que quienes buscan sacar a Dilma sin acusarla de corrupción sino de maquillar el presupuesto significa un “gran juego de distracción” porque hasta el presidente de la Cámara de Diputados está afectado por estas redes de corrupción. Al parecer, y como lo señaló Arlene, el 60 % de sus miembros están bajo investigación y por esto “la corrupción se ha vuelto endémica  a la política brasilera”.