Los panelistas estuvieron de acuerdo en que la solicitud del ministro de Salud es polémica y tiene serias implicaciones para Colombia. Según el director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (CESED), Daniel Mejía, la idea es valiente. Sin embargo, se trata de una decisión de carácter político, lo cual pone en riesgo que realmente sea acatada por el gobierno, dentro del cual ya se presentan divisiones. En concordancia con Mejía, el senador liberal Juan Manuel Galán sostuvo que es improbable que se aplique la recomendación de Gaviria, pues “la aspersión aérea con glifosato es un gran negocio que mueve muchos intereses especialmente de grandes empresas”. Para el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, mientras no se solucione el problema del cultivo de las drogas hay que seguirlas combatiendo sea con aspersión aérea o erradicación manual, y sin descartar el glifosato pues este “es una muy buena opción ya que erradica de manera eficiente la coca y es menos tóxico que otros herbicidas”. Por otro lado, la analista internacional y panelista de BLU Radio, Sandra Borda, considera que el anuncio es una manifestación de las marchas y contramarchas del gobierno Santos. “Hay división en el gobierno colombiano y también en el gobierno de Estados Unidos, sobre cómo pelear contra las drogas”. En este punto Galán, uno de los más polémicos del debate, afirmó que se debe “repensar la política de drogas pues ni en Estados Unidos se conserva la táctica prohibicionista de la guerra contra el narcotráfico”. Además, el senador agregó que tanto la legalización como la prohibición de la droga son un problema, por ello propone que los países se concentren en la regulación. Para Mejía, esta búsqueda debe ser una decisión soberana del país y no permitir que sean otros gobiernos los que tracen la ruta. “A Estados Unidos hay que dejarle de pedir permiso para definir nuestra política contra las drogas”, dice el analista, quien agrega que es muy significativo el hecho de que todos los días mueran y se enfermen miles de colombianos entre campesinos y militares y la aspersión con glifosato no se suspenda, excepto cuando la víctima es un fumigador estadounidense. Por su lado, Lafaurie sostuvo que si el gobierno colombiano no toma una decisión autónoma se debe continuar con la lucha contra las drogas con los procedimientos que se han efectuado durante 30 años. Finalmente, Sandra Borda consideró que el mejor lugar para redefinir la política en contra de los cultivos ilícitos es la mesa de negociación que se lleva a cabo en La Habana, Cuba. “Este es el escenario ideal. Si no se logra un acuerdo, estaremos repitiendo el discurso prohibicionista que cada vez es más radical que en los Estados Unidos”, concluyó Borda. Tweets por el @Semanaenvivo.