Este lunes Francisco De Roux, Manuel José Bonnet, Monseñor Omar Sánchez, José Félix Lafaurie y Alcibiades Escue debatieron con María Jimena Duzán los retos que tiene el país para llegar a la paz territorial después de la firma de los acuerdos el próximo 23 de marzo. Durante el debate, los panelistas compartieron sus impresiones manifestando que para alcanzar la paz en el país hay que empezar por las regiones, desde adentro. Como lo señaló hoy Humberto de la Calle en el foro "Los retos de la paz territorial" -organizado por la oficina del alto comisionado para la Paz, con la participación de Foros Semana- la paz va más allá de los acuerdos, será “la forma como el Estado llegue a los territorios más afectados por el conflicto lo que garantice los cambios estructurales para una sociedad en paz”.Desde esta mirada si se firma el fin del conflicto con las FARC, estos territorios van a ser el escenario en el que se va a dar el posconflicto, y el reto implica recomponer el Estado y sus instituciones con el propósito no solo de disminuir la brecha social sino de reconciliar las dos ‘Colombias’: la rural y la urbana. La intervención del General retirado Manuel José Bonnet fue clave durante el programa porque llamó la atención sobre un elemento determinante en este proceso de posconflicto que es la familia. Para el oficial en ninguno de los foros de paz se ha tenido en cuenta este concepto que es fundamental para sustentar la construcción de paz y de tejido social. Sobre este tema, Monseñor Ómar Sánchez mencionó que el territorio de paz no es una suma de tierras y animales, la paz en las regiones o la paz territorial tienen que ver con una sociedad y las poblaciones por eso señaló que “si el territorio no aprende a dialogar vamos a perder la apuesta para la paz territorial”. Por su parte, el alcalde de Toribio Alcibiades Escue, destacó la importancia de comprender lo que es un territorio para cada uno de los actores del conflicto en Colombia, desde la sociedad civil, hasta las FARC, minoría y sector privado e industrial. Para la comunidad indígena, dice Escue: “un territorio implica la relación equilibrada entre seres humanos y la naturaleza”. Por esto la paz territorial necesita de un reconocimiento de los derechos y de un plan de vida a largo plazo y no medido por el orden político. Para terminar, los panelistas acertaron en señalar la necesidad de que exista más presencia de líderes comunitarios y sociedad civil en las decisiones de presupuesto y territorio. Además estuvieron de acuerdo en que la paz territorial debe estar sujeta a la Constitución y a la ley. Y esta discusión dejó algunos interrogantes abiertos : ¿cuál es la construcción social en la que se va a sustentar el posconflicto en las regiones? ¿En manos de quién van a quedar los territorios? ¿Qué amenazas vivas quedan en estos?