Hace tres años nacieron dos niñas en un hospital de Barranquilla. Los primeros meses todo marchó con normalidad, pero en la medida que fueron creciendo las pequeñas, la incertidumbre empezó a tocar las puertas, sobre todo de uno de los padres de estas menores.

José Hernández, padre de una de las niñas, empezó a creer que la hija que estaba criando no era suya, a tal punto de contemplar que su esposa le había sido infiel. Por lo anterior, tomó la decisión de practicarse la prueba de ADN con su hija y luego hizo practicar la misma prueba entre su esposa y su hija. Cuando llegaron los resultados, no había parentesco alguno. “Este drama lo he tenido pocos meses después de que nació la niña, siempre lo he tenido. Pero aún más desde hace un año cuando me empecé a hacer las pruebas y me enteré de la situación. Ahí fue cuando comenzó este verdadero drama”, aseguró Hernández, quien reside en el Atlántico.

En El Guamo, Cesar, vive Ana Cecilia Cano Villalobos, madre de la otra menor, quien explicó que se percató de la situación cuando el señor José Hernández se puso en contacto con ella. “Él se comunicó con un primo mío, mi primo le contó a mi mamá, y ella, junto con mi hermana, fueron las personas que me dieron la noticia por teléfono. Mi hermana me llamó y me dijo que había un muchacho llamando, tratando de comunicarse conmigo. Decía que había la posibilidad de que la niña que yo tenía no era mi hija de sangre, porque él le había hecho una prueba de ADN a la niña que tenía allá y que la niña resultó no siendo hija de él. Decía que la única coincidencia que encontraba era yo y que necesitaba comunicarse conmigo. Quería ver fotos de mi niña y empezamos a hacer contacto”, explicó Ana Cecilia.