Horacio Serpa debe estar muy aburrido. Acostumbrado, cuando estaba en el poder, a ser el consentido de los medios, ahora le está costando trabajo convocarlos, porque de no ser por los ocasionales insultos al gobierno, se ha quedado sin tema, sin banderas, sin propósitos y sin discurso: hasta sin chistes. Debe ser por eso que está dedicado a preparar documentos en los que intenta consignar sus soluciones acerca de los problemas más graves del país. El primero fue de contenido económico, con el que pretendía enseñarle al gobierno cómo es que deben manejarse las cosas en una situación tan grave como la actual, seguramente basado en la experiencia que le dejó practicar sus propias recomendaciones durante el gobierno anterior.Pero, más que el contenido del documento, causaron impacto las 'vaciadas' del doctor Serpa contra quienes menospreciaron las cualidades curativas de sus sugerencias económicas, o contra quienes se atrevieron a criticarlas. Al director de Portafolio, por ejemplo, le escribe una carta advirtiéndole que lo hace con mucho desgano, para protestar por haber sido descalificado por dicha publicación como conocedor de los temas económicos, y reivindicando su derecho a opinar en este campo. Y termina diciendo sobre su documento lo que no logró que alguien más en el país dijera: "Es serio, denso, documentado, fruto de análisis propositivos y expedido con el ánimo de aportar ideas...". Pero quizá las críticas más duras a las propuestas de Serpa provinieron del ex ministro Rudolf Hommes, que a diferencia del primero, jamás ha tenido necesidad de convencer a nadie de que sabe de economía y menos de autoponderarse sus propios diagnósticos Según Ruddy, es una fortuna que la mayoría de los colombianos hubiera votado por Pastrana, porque a juzgar por las propuestas de Serpa, la fórmula de su gobierno para corregir la economía habría sido la de "desposeer a los ahorradores y desestabilizar el sistema financiero para aliviar a los deudores, y la de aumentar los costos salariales (con propuestas como la de la reducción de la jornada laboral) que obligaría a las empresas a reducir el empleo". Seguramente descontento con los resultados de sus diagnósticos económicos que no convencieron casi a nadie, la semana pasada Serpa visitó al Presidente en Palacio para entregarle otro documento, esta vez de 31 páginas, con sus posiciones sobre otros problemas del país. Las conclusiones que me ha dejado la lectura de este nuevo documento son tan valiosas, que voy a intentar resumirlas a continuación.En su documento, Serpa le recomienda al gobierno que opte por patrocinar una adecuada distribución de la riqueza, con acceso a la tierra y a las diferentes formas de propiedad."Tales logros no deben pretermitirse", advierte tajantemente. Conclusión número uno: Hay que tratar de que las cosas estén bien y no mal. Serpa también recomienda que se proteja a los defensores de los derechos humanos, que se atienda el fenómeno de los desplazados por la violencia, y que se busquen acuerdos en materia de Derecho Internacional Humanitario, mientras cesa el conflicto con la guerrilla. También recomienda la separación de agentes del Estado que incurran en este tipo de violaciones. Segunda gran conclusión: Debe procurarse que las cosas mejoren, para evitar que empeoren.Serpa sugiere en su documento la necesidad de que se modernicen las fuerzas militares, cuidando que los militares que cometan delitos comunes no se amparen en el fuero militar. Que se estudie la participación internacional en el proceso de paz, porque es muy importante, pero eso sí, advierte, siempre y cuando se estudie muy a fondo. Tercera gran conclusión: Hay que lograr que las cosas que deben cambiar cambien, pero con mucho cuidado.Serpa también da instrucciones para que se atienda "con urgencia" el tema de la justicia regional, para evitar una excarcelación masiva de presos. No se declara partidario de una ley canje permanente como la que proponen las Farc, pero deja abierta la fórmula de hacer canjes de acuerdo con la ley 418. Y sugiere que la negociación con la guerrilla se haga, pero no a cualquier precio, advirtiendo que solo en esta tónica el liberalismo estaría dispuesto a convenir un nuevo Estado con los alzados en armas, siempre y cuando se preserven la unidad territorial, la soberanía, el sistema democrático y el goce pleno de las libertades. Cuarta gran conclusión: Hay que evitar que las cosas malas que le pueden ocurrir al país ocurran, y con urgencia.Comparto, pues, con el ex ministro Hommes, la percepción de que los serpi-documentos están haciendo quedar a su autor como una mezcla de Goyeneche, Cantinflas y Simón el Bobito.