La multinacional de hidrocarburos Shell y la empresa de químicos Basf acordaron ayer con el Ministerio Público de Trabajo de Brasil  que pagarán 400 millones de reales (unos 200 millones de dólares) en concepto de daño moral colectivo e indemnizaciones por la exposición a sustancias tóxicas en una antigua fábrica de pesticidas en el estado de Sao Paulo. El caso se refiere a una fábrica de pesticidas que operó en la localidad de Paulinia entre 1977 y el 2002. En  1995  fue vendida por Shell y comprada por BASF en el 2000, dos años antes de clausurarla. Cerca de mil empleados han pedido indemnizaciones por los daños sufridos por la contaminación de la fábrica, que afectó también al suelo y la capa freática de la región. A decenas de exempleados les diagnosticaron distintos tipos de cáncer, en general de próstata y tiroides, enfermedades del aparato circulatorio, hepáticas e intestinales, además de alteraciones en la fertilidad e impotencia sexual. El procurador general de Trabajo, Luís Camargo, dijo que el acuerdo es una victoria social. "El objetivo principal fue alcanzado: la garantía de asistencia médica y odontológica integral y vitalicia para los trabajadores. También establecimos un marco, situaciones como estas no pueden quedar sin castigo” afirmó. Si bien BASF y Shell fueron condenadas en agosto de 2010, el caso se ha alargado por varios recursos que han interpuesto las empresas.