El acuerdo representa la última maniobra de China por ganar influencia sobre activos energéticos en Occidente para suplir su economía de rápido crecimiento. También es la mayor compra de Sinopec en Brasil en sólo un año luego de que pagó US$7.000 millones a la petrolera española Repsol por una participación de un 40 % en su división brasileña. Sinopec, la mayor refinería de petróleo en Asia, espera que el acuerdo expanda su negocio de petróleo y gas en el extranjero e impulse el crecimiento de su producción. Reuters