Permítame felicitarlos a ustedes y a su articulista María Isabel Rueda por el excelente documento de ciencia-ficción aparecido en la edición #899 del 26 de julio99. Como se ha vuelto costumbre, la señora Rueda pontifica sobre lo divino y lo humano. Además, con su arrogancia tradicional, maltrata a todos aquellos que no están dentro de sus afectos.En lo referente al Seguro Social todo lo dicho por la columnista Rueda es falso: no existe documento oficial del Instituto que sirva de soporte para lo que ella denomina "el hueco que dejó el gobierno de Samper de 1,4 billones de pesos". Por el contrario, los balances del ISS, auditados por la firma Arthur Andersen, correspondientes a los períodos fiscales de 1997 y 1998, muestran, con claridad, una realidad absolutamente diferente. Los debates sobre la situación financiera del Seguro Social no pueden ser hechos como hasta ahora, de manera arbitraria y según intereses particulares. Para eso existen los balances auditados, los cuales contienen la verdad sobre la institución. Valdría la pena que dichos balances fueran estudiados por la articulista interesada, para que pueda así aclarar sus prejuicios. La ingenuidad de la señora Rueda y el desconocimiento que tiene sobre las finanzas del Seguro Social la han llevado a tragarse el anzuelo de la estridente campaña montada por el régimen para desprestigiar el Instituto y marchitarlo, con el inocultable propósito de favorecer a las entidades privadas que prestan servicios de seguridad social. Es evidente que el verdadero debate sobre el ISS tendrá lugar en poco tiempo, cuando el inminente derrumbe de las políticas actuales las hagan insostenibles ante la aterradora desbandada de afiliados y el dramático empeoramiento de los servicios de la entidad.Las fantasías de la articulista incluyen el singular descubrimiento de contratos de "última hora" por 700.000 millones de pesos que sólo pueden existir en su imaginación y en las de sus informantes de cabecera. Una persona con la trayectoria y responsabilidad de quien ocupa una curul en el Congreso de la República debería saber que en una entidad oficial como el Seguro Social es absolutamente imposible firmar contratos, de cualquier monto, así sean de "última hora", que carezcan de apropiación presupuestal.Carlos WolffMedellín