Una perra antinarcóticos, llamada Sacha, le cambió la vida al suboficial de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) Jorge Alejandro Martínez. El animal se ensañó con un colchón que Martínez llevó al aeropuerto militar de Catam, en Bogotá, con el propósito de embarcarlo en un vuelo oficial que tenía como destino San Andrés. En la isla, Martínez laboraba desde hacía nueve años como técnico del Grupo Aéreo del Caribe. Martínez estaba en Bogotá de vacaciones y se puso en contacto con sus superiores para que lo incluyeran en un vuelo a San Andrés y así reintegrarse a su trabajo. Llegó a Catam con una maleta, un ramo de flores y un colchón que, según dijo, pesaba más de lo normal porque era especial para atender un problema de espalda que le aqueja. El menaje logró superar varios anillos de seguridad. Pero justo en la última revisión antes del abordaje, la perra adiestrada se inquietó y dio las señales a sus amos de que algo ocultaba el colchón. Agentes antidrogas lo descosieron y encontraron dentro 32 panelas de cocaína pura, cada una de un kilogramo.Martínez, de 31 años, fue inmediatamente retirado de la FAC. El suboficial alega que le cambiaron el colchón, pero hay una veintena de testimonios y registros que lo contradicen. "La gravedad de la conducta ilícita se materializa por ser un suboficial activo, utilizando un aeropuerto militar, haciendo uso de un avión militar y con destino a una base militar", dijo la Fiscalía ante un juez de garantías que ordenó el traslado de Martínez a la cárcel. Ahora espera un juicio que puede significarle hasta dos décadas de prisión. Aunque no es nada común que un suboficial sea sorprendido con semejante cargamento, no es la primera vez que ocurre algo así. Hace más de una década el llamado Cartel Azul (narcos en asocio con uniformados de la Fuerza Aérea) se hizo célebre al descubrirse que llevaban droga en el avión presidencial. Por ahora, los investigadores creen que en San Andrés, donde operan las bandas de Los Paisas y Los Rastrojos, hay personas desveladas por el colchón que no llegó.