Nueva York — Al final, el explosivo se consumió y la ciudad y sus residentes pudieron considerarse afortunados de nuevo: afortunados de que un vendedor ambulante viera humo saliendo del carro aparcado en una de las calles más frecuentadas de Estados Unidos, afortunados de que las autoridades respondieran con rapidez, y afortunados de que los aspirantes a terroristas fueran lo suficientemente torpes como para crear una bomba que no fue capaz de estallar. Sin embargo, el incidente fue suficiente como para sacudir los nervios de cualquiera y provocar una frenética investigación en lo que miembros del Departamento de Policía de la ciudad han descrito como el complot de carro bomba más serio en la ciudad desde el primer ataque al Centro de Comercio Mundial en 1993, cuando seis personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas. "Claramente, era la intención de quien fuera que hizo esto generar el caos, provocar víctimas", dijo el comisionado de Policía Raymond Kelly. La búsqueda el lunes se centraba en un hombre de edad mediana que fue grabado por videocámaras mientras se sacaba la camiseta cerca del vehículo donde se encontró la bomba. Las autoridades también quieren hablar con el dueño del vehículo, un Pathfinder de Nissan modelo 1993. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, hablando en los programas televisivos por la mañana, advirtió que la persona captada por las videocámaras podría no ser un sospechoso. "Hay millones de personas que pasan por Times Square", dijo. "Esa persona resulta que estaba en una posición en que la cámara pudo obtener una buena imagen suya, y quizás él tengo algo que ver con esto pero existe una buena posibilidad de que no. Estamos investigando muchas pistas". Bloomberg también reiteró en el programa "Good Morning America" del canal ABC que no hay pruebas "legítimas" de que terroristas extranjeros estén relacionados con el ataque.   (AP)