A propósito de la excarcelación de Gilberto Rodríguez O. (SEMANA #1.071) y por qué no, el caso Carlos A. Marulanda, se me vino a la memoria el trágico caso del señor Roberto Julio Camberros (SEMANA #1.057), encarcelado injustamente durante siete años, el mismo tiempo que duró preso G.R., por la desgracia de poseer el mismo nombre de un sujeto de las Farc, y carecer de medios para un abogado cualquiera, así fuera mediocre, quien lo hubiera asistido para procurarle pronta justicia. Cuántos casos no habrá en la misma situación (del señor Camberros, obviamente) que no tienen acceso a los servicios del juez Suárez, quien en un sospechoso esfuerzo interpretó códigos y desmenuzó artículos y le concedió la libertad a Rodríguez Orejuela. Bien haría la Rama Judicial, con sus vestiduras rasgadas por la 'intromisión' del Ejecutivo al tratar de impedir la vergüenza de la justicia (o falta de...), y se hiciera un autoexamen, para corregir las injusticias como la del señor Camberros, y extirpar los jueces de 'bolsillo'.Alfonso Martínez R. Bogotá