Marchar por la Sexta Avenida de Nueva York en protesta contra la brutalidad policial, que durante 2015 golpeó muchas calles de Estados Unidos, le ha provocado todo un torbellino a Quentin Tarantino. El director, que estrena The Hateful Eight en diciembre 25, condenó los abusos de autoridad y la impunidad de los mismos, dijo que estaba del lado de las víctimas y que si el problema se estuviera tomando en serio “los policías asesinos estarían en la cárcel o por lo menos enfrentando cargos”. Los sindicatos de los cuerpos de Policía de Nueva York y de Los A ngeles respondieron como si Tarantino hubiera inventado hechos, y llamaron al boicot de sus películas. Patrick Lynch, cabeza de la agrupación Patrolmen’s Benevolent, pidió a sus conciudadanos “enviar un mensaje a este proveedor de degeneración: no tiene que venir a nuestra ciudad a vender de puerta en puerta su calumniosa ficción policial”.